La frontera entre Turquía y Siria es de más de 900 kilómetros, 400 de los cuales están bajo el control de los kurdos de Siria, recuerda el canal ruso Rossiya 1. Pero hay también "99 kilómetros, que determinan en gran medida el bienestar de la familia Erdogan". Se trata del territorio entre las ciudades sirias de Azaz y Yarabulus, controlado por el Estado Islámico. Todo el contrabando de petróleo, aproximadamente 30.000 barriles por día, se transporta a través de estas dos localidades.
La cola de los tanques con crudo en la frontera se extiende por unos seis kilómetros. Sería extraño sugerir que los guardias fronterizos no saben qué se transporta en esos vehículos, agrega el canal.
El problema es que Rusia ha bombardeado más de 1.000 camiones cisterna y ha destruido el puente sobre el Éufrates a través del cual se transportaba la mayoría del 'oro negro' robado. "Es una pérdida muy grave" para el gran negocio de los turcos, dice Vladímir Isáyev, profesor del Instituto de Estudios de Asia y África de la Universidad Estatal de Moscú.
Varias evidencias indican que Bilal Erdogan, hijo del presidente turco, está involucrado en el contrabando ilícito de petróleo de Siria e Irak. En este sentido, la motivación del líder turco para derribar el avión ruso parece muy clara, ya que la aviación rusa había bombardeado repetidamente los convoyes contrabandistas petroleros en la región.