"El problema entre Turquía y Occidente es que su relación quedó obsoleta hace décadas. Un día estas relaciones representaron una verdadera alianza. Sin embargo, ahora es algo totalmente incierto", opina Victor Davis Hanson, columnista del portal Townhall.
Turquía y EE.UU.: ¿falsa amistad?
Hasta ahora Obama se permitía dar lecciones a los reticentes europeos de por qué debían aceptar a este país de mayoría islámica en la Unión Europea asegurando que tenía una "amistad especial" con el presidente turco Recep Tayyip Erdogan. Sin embargo, la política turca iba cambiando, convirtiéndose cada vez más en un país que iba contra Occidente y EE.UU., opina Hanson.
Es poco probable que Turquía se ponga de parte de EE.UU. en un conflicto internacional. Solo durante la guerra fría Turquía se mostró a favor de la estrategia estadounidense.
En lo que se refiere a la política interna de Turquía, el columnista cree que el presidente Erdogan ha destruido la democracia y convertido un país laico en una nación islámica. Según Hanson, el presidente turco critica a los líderes europeos por el trato que les dan a los emigrantes musulmanes y presiona cada vez más a los turcos que no siguen el islam.
Doble rasero
Asimismo, el gobernante turco "exige justicia" quejándose de que Rusia entró supuestamente su espacio aéreo, cuando "no hay un estado en todo el mundo que viole tanto los espacios aéreos como lo hace Turquía", concluye el columnista. No en vano, en 2014 los aviones turcos violaron el espacio aéreo griego 2.244 veces. La última vez que se registró un suceso de este tipo tuvo lugar el pasado 1 de diciembre, cuando los aviones turcos violaron el espacio aéreo griego durante 30 minutos.
Lo único que puede justificar el buen trato de Obama hacia Turquía es su posición estratégicamente importante, su ayuda militar y la presencia en sus territorios de bases militares de la OTAN. En lo demás, "Turquía se convierte en un enemigo de facto de la OTAN", cree Hanson.