Cómo las mujeres kurdas se han convertido en una pesadilla para el Estado Islámico
Las fuerzas kurdas de mujeres se alzan en armas para defender su tierra y sus derechos. Son las Unidades Femeninas de Protección del Kurdistán en Siria. Se organizaron voluntariamente en 2012 y desde entonces han conquistado numerosas victorias en el noreste de Siria. Una de las más recientes es la batalla por la ciudad de Hasaka, con la que han logrado que retroceda el Estado Islámico.
Entrenando y construyendo trincheras intentan evitar que continúen los yihadistas en su avance por estos territorios. Se estima que las unidades femeninas cuentan con más de siete mil voluntarias. Se trata de un grupo que pertenece al brazo armado del movimiento independentista del Kurdistán sirio.
"La mayor parte de nosotras proviene de familias pobres. ¿Qué futuro nos espera? Solo sufrimos abusos, muerte y destrucción por parte de los yihadistas. Sabemos lo que es tener necesidades y eso nos motiva a luchar por nuestro futuro, por nuestra libertad", sostienen. Conscientes del riesgo de la guerra, esto no las detiene. Estas chicas dirigen una base kurda.
"El Estado Islámico quiere conquistar las zonas del Kurdistán, estas tierras que defendemos. Los yihadistas están a solo dos kilómetros de aquí, por lo que los combates podrían empezar en cualquier momento", aseguran a RT. Ellas luchan por proteger esta región, que históricamente han reclamado como parte del Kurdistán.
También luchan por sus derechos: las Unidades Kurdas son además un movimiento feminista. "Antes las mujeres nos quedábamos en casa, pero tenemos que combatir a estos bandidos para recuperar nuestras tierras", aseguran.
"Buscamos una sociedad equilibrada, sin divisiones, sin títulos. Hemos entendido que nuestro camino es conseguir mayor autonomía. Una confederación, como en Irak. Y desde allí construir nuestras leyes, nuestra sociedad". Las mujeres ya han logrado algunos de sus objetivos. A partir de la política y desde las armas, luchan por construir el futuro que la historia les arrebató.