Unos 65.000 yihadistas sirios podrían ocupar el lugar del Estado Islámico en caso de su derrota

Un estudio del Centro para la Religión y Geopolítica de Londres advierte que Occidente se equivoca al ignorar a grupos rebeldes distintos al Estado Islámico, que son un verdadero peligro.

De acuerdo con el documento preparado por el Centro para la Religión y Geopolítica con sede en Londres, una derrota militar de la organización terrorista Estado Islámico no acabará con el yihadismo global. En ese sentido, el informe expone que al menos 15 grupos de rebeldes sirios, que suponen unos 65.000 combatientes, siguen la ideología del Estado Islámico, informa 'The Guardian'.

Los analistas de la agrupación británica, dirigida por la fundación del ex primer ministro del Reino Unido, Tony Blair, creen que estos grupos que están siendo ignorados por Occidente, podrían representar una grave amenaza para la paz en el mundo: "La mayor amenaza a la comunidad internacional son los grupos que comparten la ideología del EI, pero que están siendo ignorados en la lucha por combatir al grupo terrorista".

Además, los intentos por definir a los rebeldes moderados o extremistas están destinados al fracaso, porque la misma oposición no hace esa distinción y el 60% de ellos pueden ser considerados extremistas islámicos.

Asimismo, el estudio sostiene que derrotar militarmente al EI no pondrá fin al yihadismo: "Occidente se arriesga a cometer un error estratégico al enfocarse solamente en el EI. Derrocándolo, no se podrá fin al yihadismo global. No podemos bombardear la ideología, y nuestra guerra es ideológica". En consecuencia, los analistas concluyen que para vencer a esa ideología se necesita su derrota intelectual y teológica.

Este estudio ha salido a la luz pocos días después de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara por unanimidad la resolución sobre el conflicto sirio. Se trata de la primera iniciativa internacional aprobada que se enfoca en la solución política del conflicto. De acuerdo a la misma, se adoptó que la transición política debe ser realizada en un período de seis meses y que después, en los siguientes 18 meses, tienen que celebrarse las elecciones.