En una conferencia de prensa, el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, el general Ígor Konashénkov, refutó las acusaciones de la ONG Amnistía Internacional sobre las presuntas víctimas civiles que ha causado el operativo antiterrorista ruso en Siria. Konashénkov aseguró que no tienen fundamentos sólidos y están basadas en información falsa, dudó de la veracidad de sus fotografías aéreas e invitó a los activistas a que revelen sus fuentes, según informa la agencia RIA Novosti.
En referencia a las acusaciones, Konashénkov indicó que Rusia no utiliza bombas de racimo en Siria, ya que no dispone de ese tipo de armas en su base aérea de Jmeimim.
Al hablar de estas bombas, el portavoz ministerial hizo hincapié en la parcialidad de la ONG, destacando que AI "estaba callada y no prestó atención a la evidencia tangible, convincente y real de que las Fuerzas Armadas ucranianas emplearon bombas de racimo en las ciudades del este de Ucrania".
Posteriormente, Konashénkov dudó de la veracidad de las fotografías aéreas del informe de los activistas, que se supone que muestran las supuestas consecuencias de las acciones de los bombardeos de Rusia.
Para finalizar, el portavoz ministerial aseguró que "resulta extraño que Amnistía internacional no preste atención a los autores de los crímenes de guerra que se cometían en Siria antes de que actuara nuestra Fuerza Aérea" y recordó que "aún no hemos visto informes detallados sobre las actividades de la coalición liderada por los saudíes en Yemen ni sobre los grupos terroristas que operan en Siria e Irak".
Moscú ha negado en repetidas ocasiones los informes sobre víctimas civiles y los ha tachado de "guerra informativa". En varias ocasiones, Rusia ha recalcado que su aviación solo lanza ataques aéreos puntuales contra las posiciones de los terroristas del Estado Islámico y del Frente Al Nusra.
En particular, el 22 de octubre el Ministerio de Defensa ruso calificó de "fantasía" la acusación de EE.UU., debido a que el coronel Steve Warren, representante del Pentágono, no pudo facilitar pruebas cuando aseguró que "aparentemente, Rusia emplea bombas de racimo en regiones donde pueden encontrarse civiles".
El 30 de septiembre, Rusia puso en marcha su operación antiterrorista en Siria a petición del presidente del país, Bashar al Assad. Según el presidente ruso, Vladímir Putin, esa operación debería allanar el camino para que el Ejército sirio pudiera desarrollar ofensivas terrestres contra los yihadistas.