La privación del sueño es uno de los problemas médicos más grandes que enfrentan las Fuerzas Armadas estadounidenses, según los datos de 'Health of the Force Report 2015'. El informe contiene el análisis general de la salud de los soldados en servicio activo de 29 instalaciones en EE.UU. En consideración fue tomado el índice de salud, calculado de acuerdo con el conjunto de las estadísticas del sueño, nutrición y actividad física. Se reveló que 102.500 soldados (casi el 10% de todo el Ejército estadounidense) no están aptos para entrar en combate.
Así, el promedio del sueño en las Fuerzas Armadas estadounidenses se sitúa en los 67 puntos de 100 posibles, de acuerdo con su duración y calidad. El 10% de los soldados fueron diagnosticados con un trastorno del sueño. Además, el 62% de los examinados duermen menos de 7 horas por noche y para el 5% se prescriben somníferos. Mientras tanto, casi 78.000 soldados en servicio activo padecen obesidad y el 15% sufren varios trastornos mentales.
Patricia D. Horoho, cirujana del Ejército estadounidense, señala
al portal Alternet.org que el informe está destinado a mejorar la preparación de los militares "con el objetivo de garantizar que ellos posean el requerido nivel de salud física, emocional, tanto como la salud y aptitud cognitivas para avanzar en un ambiente complejo y desconocido".
De acuerdo con otro informe sobre el estado de las Fuerzas Armadas de EE.UU., desde la caída del Muro de Berlín, el poder estadounidense "se ha atrofiado de forma lenta pero segura, en comparación con las crecientes amenazas a las que se enfrenta EE.UU.".
Entre otras dificultades que experimenta actualmente el Ejército de EE.UU., el informe menciona el entrenamiento insuficiente del personal militar. Si estas tendencias continúan, llevarán a "un riesgo mayor para los intereses nacionales estadounidenses", opinan los expertos.