El movimiento yihadista del Estado Islámico ha sufrido al menos un contratiempo importante en Siria e Irak: la pérdida de una parte sustancial de sus ingresos petroleros por las exportaciones, escribe el columnista Ben Van Heuvelen para el sitio web iraqoilreport.com. Además, los yihadistas han perdido aproximadamente el 14% de su territorio en Siria en 2015.
Un negocio "muerto"
La hasta poco floreciente economía de exportación petrolera del Estado Islámico, que llegó a proporcionarles beneficios de 40 millones de dólares al mes, ha desaparecido, según el columnista. Los ataques aéreos contra elementos de la infraestructura yihadista han destruido cientos de camiones cisterna de los terroristas, mientras que los bajos precios mundiales del petróleo han convertido el contrabando del crudo del EI a otros países en un negocio poco rentable.
A ello se une la escasez del combustible que ya se deja sentir en los territorios controlados por los yihadistas. "El grupo ya no puede generar suficiente combustible para satisfacer la demanda dentro de su propio territorio, como evidencian los precios altos y volátiles: no hay prácticamente nada que exportar", según Ben Van Heuvelen. "Los precios mundiales del crudo ahora son tan bajos que, incluso si los contrabandistas fueran capaces de cruzar las fronteras internacionales, el gasto del viaje -medido en combustible, tiempo y sobornos- probablemente eliminaría los beneficios", explica.
En general, el negocio de la exportación está "muerto", afirma el columnista.
Resistentes pese a todo
Pese a la intensificación de los esfuerzos militares, el movimiento continúa mostrando, no obstante, signos de cierta recuperación.
De hecho, el Estado Islámico ha demostrado ser notablemente resistente, manteniendo el control sobre una gran franja de Irak y Siria pese a los ataques aéreos llevados a cabo por la coalición liderada por Estados Unidos y Rusia y la pérdida de sus exportaciones petroleras. Según el artículo, el control del EI sobre el territorio se debe a la debilidad de Irak y a la alienación de la minoría sunita de Irak por parte del Gobierno en Bagdad.