La ejecución en Arabia Saudita de 47 personas, entre ellos un clérigo chíita, ha provocado una ola de indignación en el Oriente Medio. Robert Fisk, corresponsal de 'The Independent' y experto en la región, considera que estas acciones de Riad son comparables con las atrocidades del Estado Islámico.
"Lo único que faltó fue el video de las decapitaciones, pues las 158 decapitaciones de la monarquía árabe el año pasado estaban en perfecta sintonía con las enseñanzas wahabíes del EI", escribe.
"El sheij Al-Nimr habría recibido el mismo trato de los delincuentes del Estado Islámico que recibió de los saudíes, aunque sin la necesidad de la burla de un juicio pseudo-legal", sostiene.
El prominente clérigo chiita, jeque Nimr Baqir al-Nimr, era considerado como uno de los líderes de la Primavera Árabe y uno de los jefes clave de las rebeliones de 2011 y 2012 que sacudieron al país tras la revolución tunecina.
En 2015 el reino de Arabia Saudita llevó a cabo al menos 158 ejecuciones, al mismo tiempo que se incrementó el número de personas ejecutadas por delitos no letales. En este país los jueces gozan de una amplia discreción a la hora de tomar sus decisiones.