Earnest ha explicado durante la rueda de prensa diaria que no hay pruebas de que el desarrollo del programa nuclear norcoreano esté vinculado de ninguna manera al sector nuclear iraní, aunque varios periodistas insistieron en que la Administración debería estudiar las posibles conexiones entre Pionyang y Teherán. Durante el discurso, el portavoz ha estado incluso a punto de confundir Irán con Corea del Norte, según Reuters.
El funcionario ha subrayado que Irán eligió un camino trasparente para el desarrollo pacífico de energía nuclear a cambio del levantamiento de algunas sanciones, mientras que Corea de Norte "por lo que parece está dispuesta a aceptar el aislamiento internacional", publica 'The Washington Post'.
El secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, por su parte declaró en un comunicado del departamento: "No aceptamos y ni aceptaremos que Corea del Norte sea una potencia nuclear. Acciones como esta prueba solo refuerzan nuestra postura".
Con Irán fuera de la mesa, Corea del Norte se ha colocado en el punto más alto de la agenda política internacional, en la lista de países que plantean una amenaza para EE.UU.
"Con Irán fuera de la mesa, Corea del Norte se ha colocado en el punto más alto de la agenda política internacional, en la lista de países que plantean una amenaza para Estados Unidos", dijo a Reuters el experto norteamericano Michael Madden.
La que fue la primera prueba de una bomba de hidrógeno llevada a cabo por Corea del Norte fue realizada con éxito a las 10:00 de la mañana del pasado 6 de enero. Según las autoridades norcoreanas, fue una "medida de autodefensa" que debería asegurar su soberanía contra las "amenazas" y el "chantaje" de "fuerzas hostiles". El ensayo tuvo una gran repercusión que resultó en una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU.
"Esta prueba viola de nuevo numerosas resoluciones del Consejo de Seguridad pese al llamamiento conjunto de la comunidad internacional para que [Corea del Norte] cese esas actividades. Es también una grave vulneración de la legislación internacional contra las pruebas nucleares", condenó el secretario general de Naciones Unidas, el surcoreano Ban Ki-moon.
Varios países, entre ellos Japón, Corea del Sur, EE.UU. y Rusia, condenaron las acciones de Pionyang, calificándolas de amenaza para la seguridad global. La reacción más enérgica llegó de Tokio y Seúl, que tacharon la prueba de "gran desafío inaceptable" por el que Pionyang "tendrá que pagar".
Seúl descarta que la bomba de Corea del Norte fuera de hidrógeno
Solo unos pocos países han probado una bomba de hidrógeno, y la potencia de las detonaciones durante los ensayos alcanzó entre 20 y 50 megatones, afirman expertos de Corea del Sur. El legislador surcoreano Lee Cheol Woo declaró que el Servicio Nacional de Inteligencia del país había indicado que la bomba probada por Corea del Norte era atómica, y no de hidrógeno.
Según Lee, funcionarios de Inteligencia dijeron que el rendimiento explosivo de 6 kilotones y el terremoto de magnitud 4,8 que según sus datos generó la prueba del miércoles son inferiores al rendimiento explosivo de la prueba nuclear realizada por Corea del Norte en año 2013.
Entonces, la potencia de la prueba ascendió a 7,9 kilotones, generando un sismo de magnitud 4,9. Según la Inteligencia surcoreana, "incluso un ensayo fallido de una bomba de hidrógeno produce una detonación de decenas de kilotones".
Un militar surcoreano que prefirió mantenerse en el anonimato declaró a la agencia Yonhap que "es difícil creer que esta prueba corresponda a la de una bomba de hidrógeno". El funcionario argumentó que "solo unos pocos países, entre ellos EE.UU. y Rusia, han llevado a cabo ensayos de una bomba de hidrógeno y la potencia de las detonaciones alcanzó entre 20 y 50 megatones". Supuestamente, la potencia de la última prueba de Pionyang asciende a unos 6 kilotones, "demasiado débil para una bomba de hidrógeno"