"Dos bombas de 900 kilogramos han destruido las instalaciones y los 'millones' de dólares en efectivo" que albergaban y que procedían de "los negocios ilícitos del EI: el petróleo, el saqueo y la extorsión", según ha publicado AFP basándose en una fuente oficial estadounidense, que ha preferido conservar el anonimato.
Cada mes, el Estado Islámico gana alrededor de 80 millones de dólares. De acuerdo con el Departamento del Tesoro de EE.UU., entre 40 y 50 de esos millones proceden de la venta de petróleo, que en un año les permite acumular una cifra que ronda los 500 millones de dólares.
Mosul, el centro administrativo de Nínive y la última capital provincial controlada por los yihadistas, se considera el próximo objetivo en la lucha contra el Estado Islámico en Irak, después de la liberación de Ramadi, la ciudad principal de la provincia de Al Anbar.