El encuentro del papa Francisco y el patriarca Kiril en Cuba el 12 de febrero puede llegar a ser no solo el acontecimiento eclesiástico más importante de la historia, sino también uno de los hitos políticos más trascendentales de los últimos años, señala la columnista danesa Iben Thranholm en su artículo titulado 'La reunión del papa con el patriarca ruso puede evitar la Tercera Guerra Mundial' para RT.
En 1054, debido a irreconciliables diferencias entre ambas partes, la Iglesia cristiana se separó en lo que se conoce como el Cisma de Oriente y Occidente. A pesar de que la Iglesia de Oriente y su "hermana occidental" han experimentado un enorme desarrollo después de Cisma y han evidenciado un progreso cultural, en el contexto del cristianismo, la separación debilita a toda la entidad, opina Thranholm.
En los últimos años, ambas partes han estado bajo una presión, que actualmente culmina en la persecución de cristianos a escala masiva. Se trata de una tendencia global, que es particularmente grave en Oriente Medio, donde el Estado Islámico comete atrocidades contra los cristianos, así como contra monasterios e iglesias. La persecución incluso amenaza con eliminar el cristianismo de las tierras donde se originó la fe, detalla la periodista.
Asimismo, en el curso de la reunión se tendrá que crear una declaración conjunta, firmada por los dos líderes de la Iglesia. Su carácter no será teológico: será una declaración sobre los diversos aspectos de la cooperación y el testimonio común que la Iglesia ortodoxa rusa y la Iglesia católica pueden ofrecer al mundo actual. En particular, se abordará el problema de la persecución de los cristianos en Oriente Medio junto con cuestiones de la secularización, la protección de la vida, el matrimonio y la familia.
"Esto significa que la necesidad de la reunión surge del deseo de las iglesias de formar un frente común o un ministerio conjunto frente al mundo que se desintegra ante nuestros ojos y en el que vemos la decadencia moral, la depravación política y la disolución de los valores", señala Thranholm.
Una fuerte voz cristiana y una iglesia unida es lo que necesita el mundo ahora para evitar una tercera guerra mundial, cuando los políticos se declaran insolventes e impotentes en el rostro del mal
En este contexto, la periodista afirma que independientemente de lo trágica que sea la causa de la reunión entre el patriarca y el papa, se debe recordar que la iglesia en la antigua Roma se hizo fuerte y logró la influencia en la sociedad a base de testimonios y sangre de mártires. De manera similar, los cristianos sacrificados por el EI "ayudan a curar" más de mil años de división entre ambas iglesias.
"El fundamento de la fe cristiana yace en que el sacrificio llevado a cabo con amor trae frutos de paz, reconciliación y curación", afirma Thranholm y concluye: "Este histórico encuentro puede ayudar a transformar el mundo y arrebatar la paz de las fauces del caos que actualmente amenaza con devorar a todo el planeta. La importancia de la reunión, por tanto, supera la simple relación entre los cristianos ortodoxos rusos y los católicos. Una fuerte voz cristiana y una iglesia unida es lo que necesita el mundo ahora para evitar una tercera guerra mundial, cuando los políticos se declaran insolventes e impotentes en el rostro del mal".