¿De qué es capaz el sistema de defensa aérea instalado por Pekín en el mar de la China Meridional?

China puede haber desplegado ya dos baterías del sistema de defensa aérea tierra-aire HQ-9 en la isla de Woody, que está situada en aguas del mar de la China Meridional.

El subdirector de la revista británica de inteligencia militar 'IHS Jane's Intelligence Review', Neil Ashdown, explica que el HQ-9, supuestamente instalado por Pekín este miércoles, "es un sistema de misiles tierra-aire (SAM, por sus siglas en ingles) de cuarta generación", informa Deutsche Welle.

"Aunque no sea el sistema SAM más avanzado del mundo, si realmente ha sido desplegado en la isla de Woody, se trataría de los misiles de defensa aérea de largo alcance más avanzados que actualmente están desplegados en una isla del mar de la China Meridional", opina el analista.

Ashdown sostiene que el HQ-9 "es capaz de incorporar múltiples aviones, incluidos aviones de combate" y que "se asemeja el sistema ruso S300", aunque "se cree que China ha desarrollado variantes del sistema con un rango más largo, potencialmente hasta los 230 kilómetros".

¿Cuál es el mensaje que China quiere enviar?

El subdirector de la revista indica que "es probable" que con este despliegue Pekín pretenda enviar un mensaje a EE.UU. y a los otros países con los que mantiene litigios de soberanía en el citado mar "a raíz de las operaciones de libertad de navegación realizadas por los buques de guerra estadounidenses en octubre de 2015 y enero de 2016".

 "El mensaje es que China es capaz de defender sus reivindicaciones territoriales en estas islas y arrecifes, con la implicación de que también se toma en serio la persecución de sus reclamaciones marítimas menos definidas en el mar de la China Meridional en términos generales", prosigue Ashdown. Además, el analista destaca que la razón por la que Pekín ha escogido una isla –reclamada por Taiwán y Vietnam– del archipiélago Paracelso es porque "está más cerca de la China continental" y ello se puede percibir como "menos provocativo". 

En cuando a la posible estrategia general del país asiático, Ashdown afirma que el despliegue está en línea con la "progresiva militarización" en territorio marítimo. 

¿Cómo reaccionarán los países litigantes?

"A corto plazo, EE.UU. y los otros litigantes (incluidos Filipinas y, probablemente, Vietnam) suelen criticar el movimiento y a acusar a China de militarizar el mar de la China Meridional, una acusación que Pekín niega", opina el analista.

Según Ashdown, China tiene intención de adoptar "una línea más fuerte en sus reclamaciones marítimas" que la mantenida en 2015. "Esto puede complicar la diplomacia regional, concretamente en torno al fallo de la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya en junio, ahora que los Estados de la región probablemente vayan a poner en duda hasta dónde están dispuestos a llegar en su disputas  con Pekín", sentencia el experto.

¿Quién ganaría la posible guerra en el mar de la China Meridional?

Esta disputa territorial viene de antiguo. China tiene capacidad para superar a sus potenciales rivales: a pesar de contar con un solo portaviones, las islas artificiales en construcción le pueden servir para mantener sus operaciones a cientos de kilómetros del territorio continental. Además, según el Pentágono, Pekín "está haciendo grandes inversiones en armamento para doblegar las ofensivas del enemigo y contrarrestar a terceros, incluido EE.UU.".

De esta forma, Pekín construye varios arrecifes y atolones artificiales en las islas Spratly, que se disputan China y los aliados de Washington: Vietnam, Filipinas, Malasia y Brunéi. Filipinas reclama la soberanía de las Spratly, pero prácticamente no cuenta con equipo militar moderno para defender su territorio marítimo. Vietnam se encuentra en mejor forma gracias a las fuertes inversiones que ha hecho en la compra de armamento. No obstante, su Ejército es aún pequeño en comparación con la magnitud de la flota aérea y naval china.