Los buques militares rusos del proyecto Buyán-M, adscritos a la Flota rusa del Mar Negro y armados con los misiles de crucero Kalibr-K, estarán en servicio permanente en las aguas del mar Mediterráneo en el marco de la operación militar rusa en Siria, informa RIA Novosti, que cita al almirante Alexánder Vitkó, el comandante de la Flota del Mar Negro.
En otoño de 2015 estas naves de reducidísimo tamaño revolucionaron las tácticas navales al demostrar lo potentes que pueden ser sus armas a pesar de contar con un desplazamiento que no supera las 1.000 toneladas.
Sus misiles de crucero Kalibr-K, lanzados desde el mar Caspio, cubrieron una larga distancia de más de 1.000 kilómetros, sobrevolando el mar Caspio y casi todo Irán, antes de impactar en las instalaciones del Estado Islámico en la lejana Siria.
Los buques del proyecto 21631 Buyán-M disponen de un enorme potencial de ataque, ya que portan ocho lanzaderas de misiles de crucero, además de piezas de artillería y misiles clase superficie-aire.
Ahora, en medio de las crecientes tensiones en torno a Siria, el tiempo de vuelo de los Kalibr-K se reduce drásticamente.