Después de largas negociaciones, Rusia ha anunciado que empieza a suministrar a Irán los sistemas de defensa antiaérea S-300 ordenados por primera vez en 2007, que provocaron indignación y pánico en Occidente, afirma el analítico político, Gernot Kramper, en su artículo para la revista alemana 'Stern'. De acuerdo con Kramper, la entrega marcaría el "fin de una era de ataques aéreos no arriesgados", ya que crearía zonas inalcanzables para los misiles occidentales.
El autor explica que en términos técnicos se trata de un arma defensiva que Irán puede utilizar no para atacar a sus vecinos, sino para defender sus territorios de los ataques desde el aire, derribando aviones, misiles, misiles de crucero y helicópteros enemigos en un radio de 200 kilómetros.
Hacer frente a sistemas de defensa aérea rusos como los S-300 y S-400 no será fácil, incluso para EE.UU., advierte Kramper. Además, los expertos occidentales ya han expresado sus preocupaciones acerca de su despliegue.
A los militares occidentales no les gusta el hecho de que dichos sistemas de defensa estén creando "zonas prohibidas" para sus ataques, no solo en Irán, sino también en otras partes del mundo a donde Rusia suministra sus armas, señala el analista. Así, el subsecretario general de la OTAN, Alexander Vershbow, ha denominado a estas zonas, durante la conferencia de seguridad de Múnich (Alemania), como "el mayor desafío" de la Alianza.
Según Kramper, tal actividad rusa en el mercado de armas llevaría a la aparición de cada vez más "zonas prohibidas", cuyo efecto en primer lugar van a sentir las potencias que pretenden expandir sus fuerzas militares por todo el mundo, como EE.UU. Washington, por su parte, como "un ejemplo clásico de potencia militar" asume el control de los mares a través de 11 grupos de portaaviones, pero con los sistemas de defensa aérea rusos protegiendo las costas extranjeras, la época del poder estadounidense poco a poco se va quedando en el pasado, concluye el experto.