Cuando en febrero del 2011 en el este de Libia estallaron las protestas contra Muammar Gaddafi, cinco días después en la televisión estatal compareció Seif Al Islam Gaddafi, hijo y heredero favorito del entonces gobernante, para explicar a la nación qué estaba pasando, recuerda 'Al-Monitor', portal informativo sobre noticias de Oriente Medio con sede en Washington.
Después de aquel famoso discurso, Seif Al Islam Gaddafi fue acusado por muchos libios, los observadores externos e incluso la Corte Penal Internacional de incitar a la violencia y amenazar a sus compatriotas, a quienes había advertido de las consecuencias.
Muy poca gente prestó atención a las predicciones que hizo Seif Al Islam sobre el futuro de Libia. Sin embargo, ahora, cinco años después, gran parte de lo que predijo el joven hijo de Gaddafi se ha convertido en la triste realidad.
Entre otras cosas, el 'heredero' de Gaddafi predijo a los libios que carecerían de seguridad, se extenderían el caos y el desorden, y todo ello se traduciría en la muerte de muchos libios. Otros augurios suyos fueron la intervención de Estados de Occidente y que el petróleo "dejará de fluir".
También advirtió a los libios contra la división del país y de que varias organizaciones islámicas fanáticas asumirían el control de algunos territorios del país, si no la totalidad de ellos.
Petróleo
Seif Al Islam habló por casi 40 minutos, augurando que los pozos petrolíferos serían quemados y los que quedaran apenas serían utilizables para el país. De hecho, en los primeros nueve meses del 2015, la producción de crudo en Libia constituyó en promedio poco más de 400.000 barriles por día, muy por debajo de los 1,65 millones de barriles diarios que extraía el país en el 2010.
Los depósitos de petróleo que abastecen a ciudades como Trípoli fueron incendiados en julio del 2014, y alrededor de una docena de tanques en las terminales de petróleo de Ras Lanuf, donde se lleva a cabo la mayoría de las exportaciones, fueron incendiados por el Estado Islámico en enero de este año.
El verano pasado, uno de los mayores campos de petróleo al sur de Ras Lanuf fue completamente destruido por otra milicia local.
División del país
Seif Al Islam también predijo que su país podría dividirse de nuevo, como lo estuvo antes de que obtuviera la independencia en 1951. Cinco años después de la insurrección, Libia se aproxima cada vez más hacia aquella remota situación, ya que carece de un gobierno central, un ejército unificado y organismos de seguridad estatal funcionando.
Se podría afirmar con certeza que el joven Gaddafi, sin tener dotes de profeta, predijo un futuro terrible para su pueblo, y cinco años después ese augurio ya es el presente de la nación.
Gaddafi dijo: "Podríamos volver a los días de la pobreza", y sucedió. Pese a la falta de estadísticas oficiales, las observaciones revelan que miles de familias apenas pueden llegar a fin de mes. De acuerdo con la ONU, al menos medio millón de personas han sido desplazadas de sus hogares al interior del país y muchos de ellos viven en campos de refugiados dependiendo de organizaciones benéficas.
Sin duda defendiendo al gobierno de su padre, pero partiendo del simple sentido común, el hijo de Gaddafi no solo predijo lo que sucedería, sino también señaló que Libia no es lo mismo que Túnez y Egipto: Libia, dijo, se compone de "tribus y clanes, que hacen que sea más difícil unirlos si [la sociedad] colapsa".