La situación humanitaria de los refugiados en la frontera greco-macedonia "es desastrosa"
La Unión Europea ha presentado un proyecto para la creación de un fondo de 700 millones de euros hasta 2018 para intentar superar la crisis de refugiados que atraviesa. Un problema que se ha agravado en la frontera entre Grecia y Macedonia, donde han quedado atrapadas más de 10.000 personas y la cifra sigue creciendo, según la organización Médicos Sin Fronteras.
La situación humanitaria en la localidad griega de Idomeni, en la frontera con Macedonia, se ha agravado luego de que el Ejecutivo macedonio decidiera unilateralmente cerrar su paso fronterizo con el país heleno a los refugiados.
"Las cosas están empeorando cada vez más, hay una muchedumbre concentrada aquí, la situación es desastrosa", dijo a RT un refugiado sirio estancado en Idomeni al tratar de cruzar la frontera hacia los Balcanes.
El campamento improvisado en esta localidad griega ya multiplica por diez su capacidad, y cada día llegan más de 2.000 personas. El cuello de botella que se está formando en ese lugar comienza a alertar a las organizaciones de derechos humanos debido a que las enfermedades se multiplican y hay falta de alimentos.
"Ahora tenemos una cola de gente que dura no sé cuántas horas, con el riesgo añadido de que no haya comida para todos. Es un gran problema", lamenta Jolene, portavoz de Médicos sin Fronteras.
"La crisis de refugiados debe resolverse en su origen"
Macedonia justifica su decisión de cerrar la frontera argumentando que de no hacerlo el país se inundaría de inmigrantes.
"El problema de la crisis de refugiados debe resolverse en su origen. Hay que mejorar las condiciones en los países afectados por la guerra para que los refugiados puedan quedarse allí. Cualquier otra solución en este camino no es realmente una solución. Solo podemos acoger la misma cantidad de refugiados que cualquier otro país en la ruta balcánica, como Serbia y Croacia. Vamos a acatar los acuerdos alcanzados anteriormente", ha declarado el ministro del Interior macedonio, Oliver Spasovski.
Muchos de los refugiados que ahora están en tierra de nadie aseguran que este éxodo ha sido forzado y no dudan un día en regresar a su país de origen. "Si la guerra termina, volveremos. Solo queremos vivir en paz", asegura un refugiado iraquí.
Por Grecia siguen entrando alrededor de 2.000 personas al día, 10 veces más que el año pasado, según cifras del Gobierno heleno, y con el paso del tiempo ese país se está convirtiendo en un campamento de refugiados a cielo abierto.