Conflictos internos en el Estado Islámico terminan con la ejecución de ocho yihadistas holandeses
El periodismo de investigación sigue sobreviviendo a severas condiciones en los territorios controlados por los terroristas en Irak y Siria. Un colectivo periodístico que trabaja para el proyecto web no gubernamental 'Raqqa is Being Slaughtered Silently' ('Raqa está siendo masacrada en silencio') ha revelado que durante este febrero se desarrolló un conflicto encarnizado en la gobernación siria de Raqa, considerada el corazón del Estado Islámico.
Los protagonistas fueron por un lado 75 extremistas procedentes de Europa, mayoritariamente ciudadanos de los Países Bajos, y por el otro yihadistas iraquíes que percibían con desconfianza a los holandeses. Un registro en el cuartel europeo y la muerte de un combatiente neerlandés durante un interrogatorio brutal por parte de emisarios del 'califato' en una cárcel sirvieron de pretexto para una trifulca inicial.
Antes de ese incidente, los yihadistas neerlandeses ocupaban el departamento de Al Furusiya, en la gobernación de Raqa, y se mantenían aparte del resto de los terroristas. Pero la arbitrariedad con la que según ellos eran tratados los indignó y se dirigieron armados al cuartel general de las fuerzas del EI en Raqa, donde dispararon indiscriminadamente a cualquiera que se cruzara en su camino.
Al enterarse de lo ocurrido, el líder regional del EI, Abu Ahmed al Iraqi, mandó a un negociador para que hablara con los sublevados, pero este fue asesinado por los europeos como venganza por la muerte de su compañero. A continuación los grupos más fieles al califato cortaron las vías de retirada a los yihadistas europeos y los 75 participantes del motín fueron capturados. Ocho de ellos fueron posteriormente ejecutados.