Hoy en día la Unión Europea se ve amenazada por cuatro problemas graves: tres internos y uno externo, que parece ser el más peligroso. En conjunto, estos 'jinetes del apocalipsis' podrían poner fin al bloque comunitario, opina Roberto Savio, fundador y exdirector general de la agencia internacional de noticias Inter Press Service (IPS), en un artículo para el portal 'Global Research'.
Según Savio, el primer problema de la UE es la división entre la Europa oriental y la occidental, la que viene justo después de la división norte-sur. Esta última se produjo sobre la política de austeridad que Alemania y otros países protestantes querían imponer sobre el sur católico y ortodoxo.
El analista afirma que la reciente ola de refugiados ha puesto en evidencia las controversias existentes entre la parte oriental y occidental de la región. La Europa del Este se unió a las instituciones comunitarias para recibir beneficios, no obligaciones, y, además, cree que la parte occidental le debe proporcionar los medios para eliminar la brecha económica y social, creada por el 'telón de acero'.
De acuerdo con el periodista, la segunda amenaza para la UE es la decadencia de la democracia y la inclinación de Europa del Este hacia nacionalismo y xenofobia. El autor del artículo destaca que en toda la parte oriental de Europa se observa una tendencia clara de "rebelión" contra los valores europeos: solidaridad, democracia e inclusión social. Savio agrega que hay pocos países europeos donde el ala derecha y los partidos xenófobos no han crecido desde la crisis del 2009. Además, en las próximas elecciones un cambio hacia la derecha va a notarse en toda la región, incluso en los países que eran ejemplo de tolerancia e inclusión, como los países nórdicos y Países Bajos.
El tercer problema grave con el que se enfrenta el bloque es evidente para todos, asegura Roberto Savio: es el hecho de que Europa tuvo que ajustar sus reglas para hacer una excepción al Reino Unido con el fin de convencer a los ciudadanos británicos de seguir siendo parte de la UE. Sin embargo, aún no está claro si esta medida va a tener éxito, afirma el periodista. Si el Reino Unido deja de formar parte de la Unión, será una pérdida total de legitimidad por parte de Bruselas, y el caso de Londres podrá servir de ejemplo para otros países miembros, el cual estarían tentados a seguir.
Y por último, Savio menciona un peligro más para la UE, esta vez externo: la reducción del peso de Europa en el mundo. En 1900, la región constituía el 24% de la población mundial. Al final de este siglo, según los pronósticos, este índice se reducirá a un 4%. Por supuesto, esta tendencia va acompañada por una disminución de la importancia de la UE para el resto del mundo, resume el analista.