El mundo sin Gaddafi: el Norte de África se sumerge en el caos
Después de que varios ataques perpetrados el año pasado por el Estado Islámico hicieran mella en el sector del turismo en Túnez, la semana pasada por vez primera los yihadistas intentaron ganar terreno en el país norteafricano. Según informa la agencia Bloomberg, los terroristas del EI asaltaron el 7 de marzo o en la víspera un cuartel militar y una comisaría de Policía en la ciudad de Ben Guerdane, en el este, no lejos de la frontera con Libia.
Los combates se cobraron al menos 58 vidas humanas, aunque la mayoría de las bajas (46) se contaron entre los propios atacantes. Siete de las víctimas eran civiles, una de ellas una niña de 12 años.
Tanto las autoridades tunecinas como los vecinos de la ciudad afectada creen que el ataque tuvo carácter transfronterizo y que los atacantes llegaron de Libia. "Hemos vivido una auténtica invasión por parte del Estado Islámico", señaló un activista sindical regional a los periodistas. "Creíamos que Ben Guerdane iba a caer en sus manos".
"El incidente sirve para recordar al mundo los riesgos que una Libia en conflicto genera para todo el Norte de África", afirma Bloomberg.
Cada vez más comentaristas en Occidente creen que esta desunión y el caos que vive Libia son una consecuencia de la injerencia de la OTAN en los asuntos internos del país norteafricano hace cinco años con el fin de derrocar a Muammar Gaddafi. La agencia comparte esta opinión destacando que Libia está "en caída libre".
"A medida que los procesos en Libia se avecinen, Argelia, Túnez y la región del Sahel llevarán el peso de esta situación más allá de Libia. Aumentarán los ataques similares contra ciudades para desestabilizar a esos países", pronosticó a Bloomberg un consultor no residente de la ONG Consejo Atlántico, Mohamed Eljarh.