El Pentágono está muy preocupado por un nuevo proyecto de Rusia, que planea producir en serie un misil de crucero hipersónico capaz de superar casi cualquier sistema de defensa antimisiles, informa la revista 'The National Interest'.
Según la publicación, Moscú ha entrado en la etapa final de las pruebas del misil hipersónico 3M22 Tsirkón —también conocido como Zircon—, que vuela a una velocidad hasta cinco o seis veces superior a la del sonido y cuya producción en serie comenzará en 2018.
Los primeros portadores de este tipo de armamento serán los cruceros de propulsión nuclear clase Orlán, Admiral Najímov y Piotr Veliki, las naves de superficie más potentes de la Armada rusa, que en estos momentos están siendo modernizadas.
Las características detalladas del Tsirkón no han visto la luz, pero algunas fuentes aseguran que su alcance ronda los 400 kilómetros y "su gran velocidad" provoca que resulte "extremadamente difícil de interceptar con la actual tecnología de defensa antimisiles", indica el rotativo.
Los submarinos rusos de quinta generación del proyecto Jaski ('Husky') también incorporarán estos misiles de crucero hipersónicos y no se descarta que otros sumergibles de la Armada reciban estos proyectiles.
Además, existen posibilidades de que el Tsirkón tenga una versión aérea, que iría en los bombarderos Túpolev Tu-160 y el nuevo bombardero estratégico furtivo Túpolev PAK-DA, una combinación que "supondría una peligrosa amenaza para EE.UU. y sus aliados de la OTAN", confirma la publicación.
El Pentágono también trata de desarrollar misiles hipersónicos, pero "están lejos de alcanzar la fase de producción y, por tanto, de entrar en funcionamiento", finaliza 'The National Interest'.