El innovador sistema de misiles S-500, fabricado por el consorcio Almaz-Antéi y que pronto estará a disposición de las Fuerzas Armadas de Rusia, es tan potente, que genera preocupación entre los militares estadounidenses, publica la revista 'The National Interest'. Incluso aviones de combate como el F-22, el F-35 y el B-2 "podrían tener problemas para superarlos", sostiene el periodista Dave Majumdar.
Los S-500 forman parte de la última generación de los sistemas de misiles tierra-aire, tienen un alcance de hasta 600 kilómetros y son capaces de interceptar distintos tipos de misiles y aviones a una altura de hasta 200 kilómetros. Además, podrán detectar y destruir hasta diez ojivas de misiles balísticos en movimiento a velocidades de hasta 25.000 kilómetros por hora.
Mientras tanto, la defensa aérea de Rusia se prepara para desplegar sistemas móviles de misiles S-350 Vítiaz, que tienen un alcance de 120 kilómetros y son capaces de atacar 16 objetivos a la vez a una altura de 30 kilómetros, o 32 misiles total en un momento dado. Esta arma reemplazará el modelo S-300PS y complementará los sistemas Buk-M3, S-300VM4, S-400 y S-500, señala la revista.