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La crisis del archipiélago chileno Chiloé: una catástrofe medioambiental y social
La impunidad con la que las grandes compañías salmoneras ensucian y contaminan las islas de Chiloé ha hecho perder la paciencia a la población pesquera local, aseguran los expertos.
Los últimos acontecimientos acaecidos en las islas de Chiloé, en el sur de Chile, relacionados con la aparición de miles de toneladas de salmones, sardinas y crustáceos muertos en sus playas, han hecho enfurecer a la población local, en su mayoría pescadores y comerciantes ligados a esta industria, junto a sus familiares, que se han echado a las calles y han bloqueado las carreteras para protestar por lo que se considera una grave catástrofe medioambiental.
Aunque se ha culpado a la llamada 'marea roja' de la muerte de todos estos animales, el periodista argentino Carlos Aznarez considera, al igual que muchos pescadores, que la culpa de la catástrofe y de las protestas que ha provocado "es de las grandes empresas salmoneras que han convertido al archipiélago en un gigantesco centro de contaminación". "La impunidad y el desprecio por quienes trabajan y viven en las islas, ha provocado que muchas de estas compañías que habitualmente comercializan el salmón, arrojen al mar toneladas de nutrientes de los desecho de pescados", denuncia en una nota publicada para TeleSUR.
Aznarez explica que el aumento desproporcionado de las algas venenosas que han acabado con la vida de los peces, mariscos y demás fauna marina de la región ha sido provocado por la contaminación de las grandes empresas, amenazando de esa forma a la industria pesquera de estas costas del Pacífico. Debido al peligro para la salud que el consumo de estos productos conlleva, el Gobierno de Chile ha pedido que solo se compre en lugares autorizados hasta que el problema remita.
La impunidad y el desprecio por quienes trabajan y viven en las islas, ha hecho que muchas de estas compañías salmoneras arrojen al mar toneladas de nutrientes de los desecho de pescados
"Esto quiere decir que Chiloé vive una catástrofe medioambiental en toda línea y que, a consecuencia de la misma, los pescadores son los que llevan la peor parte. Al no echarse a la mar, no pescan y, por lo tanto, no cobran ni pueden alimentar a sus familias", denuncia el periodista. Asimismo, Aznarez recuerda que "fueron precisamente esos trabajadores y trabajadoras los que desde hace tiempo advirtieron al Gobierno de Michelle Bachelet sobre la actitud criminal de las grandes empresas salmoneras", denuncias ante las que el Gobierno de Chile hizo "oídos sordos".
"La respuesta de Bachelet fue la de enviar más carabineros para reprimir a quienes solo reclaman poder trabajar y vivir dignamente. Esta actitud hizo que la protesta creciera cada día más", añade Carlos Aznarez. El Gobierno de Michelle Bachelet propuso a los pescadores darles 150 dólares en concepto de indemnización para paliar las pérdidas, cantidad que éstos encontraron insuficientes para cubrir las necesidades básicas cuando el bienestar de sus familias ha sido puesto en riesgo. "Como suele ocurrir con cierta burocracia estatal, siempre están atentos a los detalles poco importantes y jamás sintonizan con la realidad de los de abajo", añade el periodista.
Este sábado los pescadores de la isla de Chiloé volvieron a bloquear las carreteras por sexto día consecutivo tras rechazar el plan de presupuesto del Gobierno para indemnizarles, extendiendo en el tiempo un conflicto que no parece que vaya a resolverse pronto. Mientras tanto, los habitantes se enfrentan a escasez de algunos alimentos, lo que ha llevado a los pesadores a aceptar la apertura selectiva el paso principal a la isla para permitir el ingreso de alimentos y gasolina, informa AFP.
En lo que va de año se estima que 40.000 toneladas de salmones y otras 8.000 toneladas de sardinas han sido arrojadas a las costas de Chile como resultado de las mareas rojas
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