Enjambres de misiles chinos contra láseres, drones y cañones de rieles de EE.UU. ¿Quién gana?
La Fuerza Aérea de EE.UU. apuesta por la colosal cifra de 5.000 aviones operativos, un dominio sin parangón sobre posibles rivales en todo el mundo.
La Marina de Guerra de EE.UU., por su parte, cuenta con más de 3.700 aviones y 273 buques de guerra operativos, lo que constituye la mayor y más avanzada Armada del mundo.
Estos datos son incontestables, pero la clave de la fuerza global de EE.UU. son sus enormes bases aéreas y navales, vulnerables a enjambres de armas de precisión guiadas en una guerra regional limitada, supone el analista militar estadounidense Robert Beckhusen en un artículo publicado en la revista 'The National Interest'.
La numerosa Armada de EE.UU. tampoco puede estar segura de que sus buques sobrevivan si son atacados por un número suficientemente grande de misiles de crucero y por los cientos de misiles balísticos que engrosan el arsenal chino. Y si estas bases no están protegidas, no lo podrá compensar ninguna doctrina militar ni superioridad tecnológica, señala el autor.
En consecuencia, el Pentágono debería reconsiderar radicalmente su defensa antimisiles o asumir graves bajas al inicio del cualquier conflicto militar serio en un futuro.
Según el reciente informe elaborado por los analistas Mark Gunzinger y Bryan Clark para el Centro de Evaluaciones Estratégicas y Presupuestarias, un influyente centro analítico nacional, la solución podría ser un gran número de futuristas cañones de rayos láser y cañones electromagnéticos que pudiesen interceptar enormes cantidades de misiles entrantes a distancias relativamente cortas… y un gran número de drones.
¿Por qué China?
De todos los posibles rivales de Estados Unidos, China es el que despiera mayor interés por la sencilla razón de que produce un gran número de misiles de precisión y de largo alcance.
La Fuerza Aérea de EE.UU. ha desplegado baterías de sistemas de defensa aérea Patriot en el Pacífico occidental, pero estas baterías no tendrían oportunidad de defender las bases estadounidenses si China lanza todos los misiles que tiene contra las instalaciones de Estados Unidos.
Un peligro similar afrontan también los buques de superficie de la Armada más numerosa del mundo. La mayor parte de los sistemas antimisiles de Estados Unidos están instalados en buques de guerra, como los destructores de la clase Arleigh Burke equipados con sistemas Aegis: un avanzado conjunto de radares, equipos de control y misiles antiaéreos como los Sea Sparrow, SM-2, SM-3 y SM-6.
"Este es un sistema de arma defensiva formidable... pero cuando tu enemigo no tiene semejante cantidad de misiles", señala Beckhusen. "De hecho, la Marina ha diseñado estos sistemas para interceptar un número relativamente bajo de misiles entrantes a grandes distancias. Esto hace los misiles de la familia SM grandes, pesados y caros. Otro problema es que los lanzadores de los barcos Mark 41 VLS no pueden ser rearmados en el mar".
El destructor Arleigh Burke dispone por sí solo de más de 90 misiles de defensa aérea en su arsenal. Pero no todos los misiles llegarán a su destino. En su informe, Gunzinger y Clark señalan que el atacante podría utilizar 32 misiles antibuque por un coste inferior a 100 millones de dólares para 'agotar' todo el arsenal antimisiles SM-6 (por un importe de 300 millones) dada la tasa de éxito del 70% del sistema estadounidense.
Y todo ello sin tener en cuenta que bastaría un solo misil para paralizar un destructor que cuesta 2.000 millones de dólares, ya que, aunque no lo hundiera, se necesitaría una reparación de varias semanas o meses.
"En general, esta táctica significa que China podría, en efecto, 'quebrar' la Marina de EE.UU. por un tiempo", concluye 'The National Interest'.
Y los misiles chinos son cada vez más inteligentes…
Posibles soluciones
La principal conclusión del informe de Gunzinger y Clark es que Estados Unidos ya no puede dar por sentado que los misiles interceptores del país vayan a bastar.
En vez de ello, los analistas proponen una mezcla de juegos tácticos y nuevas tecnologías, incluidos cañones de riel electromagnéticos con proyectiles guiados de alta velocidad, láseres de defensa antiaérea y proyectiles de artillería guiados como los que está desarrollando el DARPA.