Una red organizada chantajeaba a sacerdotes: o pagas o digo que eres pederasta
“Han hecho de la mendicidad un negocio”, subraya en una conversación telefónica con RT José Luis Morrás, el delegado de Relaciones Institucionales del Arzobispado de Pamplona.
Las extorsiones a los cuatro sacerdotes comenzaron hace dos años. Miembros de una red organizada de rumanos contactaban con los sacerdotes en las parroquias para pedirles dinero de la Iglesia para comer o para pagar recibos. Pasado un tiempo, conseguían datos personales de los sacerdotes, sus direcciones particulares y sus números de teléfono. Posteriormente, los chantajeaban con divulgar que eran autores de abusos sexuales, pederastas u otra clase de delitos falsos.
Aquí el objetivo es ayudar, y ellos se han aprovechado, primero, de la buena voluntad y, después, del miedo. Dos cosas que son incontrolables
Los sacerdotes intentaron solucionar el problema sin recurrir al Arzobispado, pero la situación, lejos de mejorar, “se volvió incontrolable”. Según Morrás, no tuvieron ningún conocimiento de lo que estaba sucediendo hasta hace cinco meses, cuando los propios sacerdotes denunciaron que estaban siendo extorsionados y que esa situación podría “estar afectando a algún compañero más”.
“Aquí el objetivo es ayudar, y ellos -en referencia a los miembros de la banda organizada- se han aprovechado, primero, de la buena voluntad y, después, del miedo. Dos cosas que son incontrolables”, nos cuenta el delegado episcopal.
El Arzobispado de Pamplona decidió “retirarlos temporalmente” de las parroquias que tenían asignadas. “Ahora pasarán un año sabático descansando, sin esta labor, y si luego se encuentran bien se volverán a incorporar”, dice Morrás. Se trata de una medida de urgencia que los propios sacerdotes pidieron “porque habían llegado a un punto donde no podían controlar la situación”. “Luchar una persona sola contra una banda o un crimen organizado es imposible”, añade.
Luchar una persona sola contra una banda o un crimen organizado es imposible
Tras poner en conocimiento de la policía las extorsiones que estaban sufriendo, la Guardia Civil detuvo a finales de mayo a tres adultos -una mujer, su marido y el hermano de ella- y una cuarta persona que, por su edad, se encuentra a disposición de la Fiscalía de Menores, aunque no se descartan más detenciones.
“Son bandas organizadas, no son rumanos”, subraya el delegado de Relaciones Institucionales del Arzobispado, quien quiere dejar claro que estas personas “no tenían ninguna necesidad”: “la policía nos hizo ver que no es ‘gente obligada’, no es tráfico de seres humanos, ellos son parte de la banda”.
Nos dijeron que nada de estar solos, y mucho menos ni en despachos ni en sacristías. Siempre tenemos que estar acompañados
Morrás informa de que miembros de la policía y la guardia civil han mantenido una reunión con los sacerdotes de Navarra para informarles sobre cómo deben actuar en casos de este tipo, en los que miembros de redes organizadas tratan de aprovecharse de “la caridad de los párrocos”.
El primer consejo ha sido que los párrocos deriven a las personas que acuden a pedir ayuda a Cáritas, una organización católica española dedicada al apoyo y promoción social de grupos en situación de precariedad o exclusión social. En segundo lugar, si, finalmente, se recibe ja personas “nos dijeron que nada de estar solos, y mucho menos ni en despachos ni en sacristías. Siempre tenemos que estar acompañados”. Y tercero, “si vemos que molestan rápidamente llamar a la policía”.
Han utilizado el ejercicio de la caridad y la ayuda del necesitado para fines delictivos
Mientras tanto, la policía continúan vigilando “los puntos calientes”, aquellos lugares donde supuestamente continúan trabajando miembros de esta red buscando la extorsión de sacerdotes y feligreses. “Han utilizado el ejercicio de la caridad y la ayuda del necesitado para fines delictivos”, lamenta Morrás. “Todo es muy triste, sobre todo, porque tienes que llegar verdaderamente a quien lo necesite, porque hay mucha gente que realmente lo necesita”.
María Jesús Vigo Pastur