La amenaza más grave para la Armada de Estados Unidos y las fuerzas navales de la OTAN en Europa la presenta "la poderosa flota rusa de submarinos y sistemas de misiles desplegados en Kaliningrado y otros lugares", según escribe Dave Majumdar en The National Interest.
Este analista explica que estas herramientas bélicas forman parte de la estrategia rusa destinada a prevenir la intervención estadounidense y de la alianza atlántica en el este de Europa si las tensiones desembocan "en una guerra sin cuartel".
"Los rusos están construyendo submarinos diésel-eléctricos sigilosos y los están desplegando", que son parte de su estrategia de antiacceso y negación de área (A2/AD, por sus siglas en inglés) —un término militar que se refiere a la capacidad de un país de restringir la posibilidad de que otros lleven a cabo operaciones militares en una zona específica—, comentó el vicealmirante James Foggo, comandante de la Sexta Flota estadounidense.
El vicealmirante prestó la atención especial a los submarinos portamisiles de propulsión nuclear del proyecto 885 Yasen, cuyo primer sumergible K-560 Severodvinsk ya está en servicio en la Flota del Norte de Rusia. "Es un submarino impresionante. Si uno se centra en el diseño de la Armada rusa, verá que ha destinado la principal parte de sus recursos y esfuerzos de investigación y desarrollo al dominio subacuático", indicó Foggo.
Aunque este militar está seguro que Occidente sigue manteniendo "preeminencia asimétrica", cree que EE.UU. debe centrarse en el desarrollo de su flota submarina y sus capacidades antibuque para que Rusia no consiga la paridad. "Debemos hacer frente a estos desafíos si queremos mantener la disuasión", señaló James Foggo.
Pero la amenaza no se limita solamente a los submarinos, sino que es más compleja. Los sumergibles son solo uno de los componentes de la estrategia rusa A2/AD, que impide la libertad operacional de la Alianza en la región. Ese plan también incluye los sistemas antiaéreos S-400, misiles de crucero antibuque y sistemas de misiles de defensa costera Bastión.
Recientemente, el comandante en jefe de las Fuerzas de Defensa de Estonia, el general Riho Terras, acentuó la "vulnerabilidad de los países bálticos en el caso de que se produzca una intervención rusa". Este militar sugirió que la OTAN elabore su propia estrategia A2/AD y despliegue nuevos batallones y sistemas antiaéreos Patriot en la región.