Fabricante: Oficina de ingeniería mecánica marina de San Petersburgo Malajit ('Malaquita')
Lanzamiento del proyecto: 1993
Cantidad de unidades construidas: 1
Unidades en construcción: 4
Incorporación del primer sumergible del proyecto en la Armada rusa: junio de 2014 (K-560 Severodvinsk, alias Graney en la codificación de la OTAN)
Dimensiones exteriores: De 119 a 139,2 metros de eslora por 13,5 metros de manga
Desplazamiento total: 13.800 toneladas
Tripulación: 93 personas, 32 de ellas oficiales
Profundidad máxima de sumersión: 600 metros
Velocidad máxima bajo el agua: 31 nudos
Velocidad máxima en la superficie: 16 nudos
Propulsión: nuclear, tiene un reactor de agua a presión que utiliza energía de óxido de uranio
Autonomía en navegación: 100 días
Coste por unidad: entre 900 y 2.000 millones de dólares (según el tipo de cambio de 2015 y a partir de las cifras ofrecidas por el periódico 'Izvestia')
Misión: Guerra antibuque, incluida la lucha contra los portaaviones y los submarinos del posible enemigo, ataques contra objetivos terrestres múltiples con misiles de crucero, protección de cruceros de misiles submarinos ante los eventuales ataques de otros sumergibles.
Armamento:
Hasta 30 torpedos teleguiados y autoguiados de 650 y 533 milímetros de diámetro; un total de 10 tubos lanzatorpedos.
Misiles de crucero estratégicos X-101 de 742 milímetros (con ojivas nucleares).
Misiles de crucero Kalibr (en la clasificación de la OTAN SS-N-27 'Sizzler', compatibles con las lanzaderas de torpedos);
Misiles antibuque ultrasónicos P-800 Oniks;
Misiles antibuque X-35;
Opcionalmente, minas de aguas profundas.
Propiedades exclusivas del proyecto:
Los sumergibles de clase Yasen son los más silenciosos y los que más misiles pueden portar de las tres generaciones anteriores de submarinos nucleares. Al contrario que en los aparatos anteriores, la sala de torpedos se encuentra detrás de la cámara de mando central. El proyecto destaca también por ser completamente autóctono: por primera vez los constructores navales rusos prescinden de cualquier cooperación con empresas de otras antiguas repúblicas de la Unión Soviética (como, por ejemplo, los fabricantes de torpedos kirguisos).
Historia:
Los proyectistas rusos ofrecieron sus primeros esbozos del futuro submarino nuclear de la cuarta generación en el año 1977. Se buscó diseñar un sumergible multiuso con capacidades para portar las armas nucleares.
En 1993 el primer aparato de la serie (el actual K-560 Severodvinsk) entro en un astillero de San Petersburgo. Tres años más tarde la implementación del proyecto fue suspendida por falta de financiamiento y reanudada solo en los años 2000.
Desde el año 2014 el primer buque del proyecto forma parte de la Flota del Norte. El segundo, bautizado Kazán, el tercero (Novosibirsk), el cuarto (Krasnoyarsk) y el quinto (Arjánguelsk), están siendo construidos conforme a un proyecto ya modificado, designado 08851 o Yasen-M. Incluye algún equipo modernizado: en los esbozos se nota en particular la renovación de la antena esférica del conjunto hidroacústico y ciertos cambios en la forma de su compartimento, el reemplazo de una de las antenas de la torreta y ciertas modificaciones en el sistema de control de plataforma integrado. Ha sido optimizado también el contorno y el aparato resulta aún menos ruidoso.
Percepción por la prensa mundial:
De cara a la incorporación del primer sumergible del proyecto 885, el bautizado Severodvinsk, los analistas del semanario británico 'The Sunday Times' apuntaron: "Las características técnicas del nuevo submarino hacen que sea casi imposible detectarlo en el océano, lo que convierte al Severodvinsk en potencialmente invulnerable frente a los últimos sistemas de armas antisubmarinos. Rusia ha tomado la delantera en tecnología submarina".
Algunos expertos en Defensa consideran que el proyecto es demasiado costoso para Rusia, mientras que otros admiten que cada Yasen podría resultar un 30% o un 40% más barato cuando se fabrique en serie. "El alto precio de los Yasen se justifica por las altísimas capacidades de combate del submarino. Si se logra rebajar el precio, costará un poco más que el Virginia, pero será mucho más potente que este submarino estadounidense", dijo al periódico 'Izvestia' el vicepresidente de la Academia de Cuestiones Geopolíticos, el capitán de corbeta en reserva Konstantín Sivkov.
Uno de los escépticos estadounidenses, Norman Friedman, citado por la revista digital 'Defence News' como experto en temas navales, cree que los submarinos Yasen "probablemente se podían construir en 1989" (antes de la desintegración de la URSS). Al mismo tiempo admite que "los sistemas de combate han mejorado sustancialmente".
"Estos navíos altamente clasificados serán tripulados solamente por oficiales [eso quiere decir que no habrá reclutas ni novatos en la tripulación] y usados para operaciones especiales sin revelar", afirma el periódico 'The Australian'. Su experto es el excomandante en jefe de la Marina Real británica Alan West. Aunque después de la guerra fría la Armada rusa no mostró el grado de desarrollo logrado anteriormente, el militar retirado sostiene que al Reino Unido más le vale no subestimar la capacidad de sus fuerzas y armas modernizadas. El almirante especificó que uno de los proyectos más alarmantes es el Yasen. "Algunos de nuestros científicos se reían de ello, pero una cosa que me gustó del equipo ruso consistía en que incluso un hombre mal entrenado podría apretar un botón y lanzar un misil que muy probablemente impactaría en su objetivo", dijo.
En la prensa Occidental algunos expertos militares calificaron el primer sumergible de clase Yasen de "prácticamente invulnerable", sintetiza el sitio informativo inSerbia. En su selección, "tanto el Pentágono como los medios occidentales dicen": "Una vez fue botado, el K-329 Severodvinsk Rusia tomó la delantera en la tecnología submarina"; "El K-329 Severodvinsk significa que Rusia se ha adelantado mucho en la tecnología submarina"; "El rendimiento del nuevo submarino es tal que casi es imposible detectarlo en el océano".