A fin de garantizar el seguro abastecimiento de productos de higiene personal y la estabilidad de los trabajadores, el Gobierno de Venezuela procedió a tomar control operacional de la planta principal de Kimberly-Clark, compañía que recientemente detuvo la operación de sus nueve líneas de producción en el país.
El ministro del Trabajo de Venezuela, Oswaldo Vera, realizó este martes una inspección a la planta principal, ubicada en la zona central —el eje industrial— del país y firmó, en nombre del Ejecutivo, una resolución para decretar la ocupación de la empresa y recomenzar su producción, reseña VTV.
La filial de Kimberly-Clark Venezuela es una de las firmas encargadas del suministro de papel higiénico, toallas sanitarias y servilletas, entre otros productos. Los trabajadores han denunciado que los gerentes de la empresa transnacional fueron disminuyendo la producción de manera sistemática desde el mes de mayo.
Un papel dudoso
Este lunes, durante un Consejo de Ministros ampliado, el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció que su Administración garantizará la estabilidad de los empleados y redoblará esfuerzos para seguir con la producción de la planta matriz.
Maduro estimó que no queda duda sobre el hecho de que el comportamiento de los dueños de esta multinacional de artículos de higiene está inscrito en lo que denomina como "guerra económica" y sentenció que "con o sin Kimberly-Clark, Venezuela va. Nosotros, vamos".
El mandatario venezolano indicó que los dueños de la empresa "recibieron la orden de irse del país", una maniobra que englobó dentro del que califica como plan de boicot internacional que desarrollan factores foráneos para desestabilizar la economía del país suramericano.
A través de un comunicado, la filial de la empresa estadounidense en Venezuela argumentó que las razones que motivaron el cese de operaciones derivan del "persistente deterioro de las condiciones económicas, así como la alta inflación y las dificultades para acceder a divisas en el país".
Historial de irregularidades
Kimberly-Clark está involucrada en supuestas irregularidades en otros países de Latinoamérica. Por ejemplo, casi de manera paralela a la interrupción de sus operaciones en Venezuela, las autoridades de Colombia publicaron en un informe detallado las practicas que esta empresa desarrolló para establecer un cartel y fijar precios sin basarse en la normativa vigente.
Por su parte, la revista colombiana 'Semana' ha obtenido evidencias de los manejos que hizo Kimberly-Clark junto con otras empresas del ramo para inflar los precios de productos como pañales infantiles, cuadernos escolares y papel sanitario hasta índices por encima del esquema de costo real.
El ente regulador de los servicios y los consumidores de Colombia fijó una multa cercana a los 71 millones de dólares por prácticas indebidas y la empresa aceptó las denuncias, pero no se disculpó ante sus clientes.