Al menos 48 toros "son matados" durante los sanfermines
Con el cántico popular "Pobre de mí", que se entona en la medianoche del día 14 de julio en la Plaza del Ayuntamiento de Pamplona, el alcalde de la ciudad anuncia el final de las fiestas en honor de San Fermín.
Concluyen, así, nueve días de festejos y encierros, en los que, diariamente, cientos de mozos han recorrido junto a seis toros bravos, y los cabestros que los acompañan, los 850 metros que separan los corrales de la plaza de toros, donde han sido lidiados todas las tardes.
"Hay gente que piensa que corren los encierros y luego vuelven a su dehesa, o al lugar de donde hayan venido, y no es cierto", explica a RT Laura Duarte, portavoz del Partido Animalista (Pacma), y añade que "todos los toros utilizados en festejos taurinos obligatoriamente son enviados después al matadero o, en el caso de San Fermín, lidiados por la tarde en la plaza".
Del encierro en las calles a la lidia en la plaza
Pacma lleva años denunciando que los toros que corren en los encierros de San Fermín sufren todo tipo de lesiones y caídas, y que soportan un nivel de estrés y ansiedad muy elevado al sentirse acosados por miles de personas que les gritan y empujan, para acabar finalmente en la plaza de toros, "donde morirán": "no existe justificación moral alguna para que esta barbaridad se siga perpetuando", denuncia el partido.
Preguntamos a Duarte por el número de toros que mueren cada año durante los sanfermines: "En principio, son 48 toros, que son los seis que corren cada día el encierro, salvo que alguno de ellos sufriera alguna lesión durante el encierro y, por tanto, no pudiese asistir por la tarde, o hubiese cualquier menoscabo en sus condiciones, entonces ese toro se sustituye por otro".
Se trata de los llamados "sobreros", aquellos toros cuya función es la de sustituir a otro toro en caso de que haya un problema que le impida participar en el festejo. De esta manera, en caso de que el animal sufra un accidente, éste será sacrificado y su sustituto será lidiado por la tarde en la plaza.
"Estamos seguros de que mucha gente que viene de fuera de España a los sanfermines desconocen todo esto, y no son conscientes del sufrimiento que hay detrás de los toros", afirma la portavoz.
Otros festejos populares: el toro siempre es sacrificado
Los animalistas denuncian que no sólo mueren los toros que son lidiados en las plazas, la parte más visible de la tauromaquia, sino que aquellos que participan en cualquier tipo de festejo popular, por ejemplo otro tipo de encierros o sueltas, también van a ser sacrificados.
"En todos los festejos populares los toros son matados, aunque no sea en la plaza, ya que después son llevados al matadero. Hay gente que piensa que no es lo mismo lo que vemos en una plaza de toros que lo que vemos en un encierro porque el toro no muere. Pues el toro muere igual porque, además, el reglamento taurino obliga a que el toro sea matado después", denuncia la activista, y añade que la Comunidad Valenciana es la única que no contempla esta obligatoriedad en su reglamento.
Duarte esclarece que, además, hay casos en los que ni siquiera el animal es trasladado al matadero: "Hay lugares en nuestro país, sobre todo en Castilla La Mancha, donde después del encierro es la propia Guardia Civil la que dispara al animal. Es algo que ocurre, está reglamentado así y mucha gente lo desconoce. Nosotros lo hemos documentado y grabado en vídeo".
La portavoz de Pacma desconoce las causas de esta normativa, pero considera que es una cuestión económica que beneficia a la ganadería: "Si un toro puede ser utilizado en cuatro o cinco festejos, evidentemente, venderían un único toro para estos festejos cuando podrían vender cinco".
Crecimiento de Pacma en las elecciones generales
En las pasadas elecciones generales, celebradas el 26 de junio, Pacma obtuvo casi 300.000 votos en el Congreso de los Diputados y 1.200.000 en el Senado, más que en los comicios celebrados en diciembre.
"En sólo seis meses, hemos vuelto a crecer, en 60.000 votos, que es muchísimo para un partido como el nuestro que no tiene subvenciones y que apenas aparece en los medios", presume Duarte. Tiene motivos, en 2008, el partido apenas llegaba a las 50.000 votos en el Congreso y los 135.000 en el senado.
Sin embargo, el Partido Animalista no ha obtenido representación en el Congreso, cuando otras fuerzas políticas con igual o menor número de votos sí han obtenido representación parlamentaria: "No es justo que un partido con casi 300.000 votos esté fuera el congreso cuando hay otros como Coalición Canaria, con 70.000, que están dentro". "Es urgente cambiar la ley electoral", reclama.
Mayor concienciación social: ¿Una España sin toros?
Este crecimiento como fuerza política ha estado unido a un proceso de concienciación de la sociedad española que, cada vez más, reclama el fin del maltrato a los animales: "Hemos comprobado que en los últimos años son muchos los espectáculos o festejos con animales que llaman la atención de los medios, generan reacciones en las redes sociales y, por tanto, se produce este debate", nos cuenta la portavoz.
En mayo, los animalistas consiguieron uno de sus mayores triunfos: la prohibición del festejo del Toro de la Vega, al menos tal y como se venía celebrando, que culminaba con la muerte del animal. "Yo hace diez años no hubiera imaginado que, diez años después, íbamos a acabar con el Toro de la Vega, y lo hemos conseguido", dice orgullosa la activista.
"Si continuamos en esta línea de presión, de concienciación y de visibilización de los festejos pronto conoceremos el final de la tauromaquia", concluye Duarte.
María Jesus Vigo Pastur