Venezuela: Contrataaque a la guerra económica
"Ya pasamos la hora de la resistencia, ahora vamos a los meses de esperanza, contraofensiva y respuesta". Esa aseveración corresponde al Vicepresidente Ejecutivo de Venezuela, Aristóbulo Istúriz, con la que llamó al pueblo bolivariano a derrotar de manera definitiva la guerra económica, informó AVN.
En opinión de Istúriz, el primer semestre del año, puede calificarse como un "periodo de resistencia". Tiempo en el cual, el pueblo debió soportar los efectos de la guerra económica (desabastecimiento e inflación inducidos) y la baja abrupta de los precios del petróleo que suponen el principal ingreso de éste país.
"Todo lo que hagamos nosotros ahora, debe ser para quebrarle el espinazo a la guerra económica", agrega la información.
Acción militar
El pasado 12 de julio, Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, decidió activar un Plan de Resguardo de productos alimentarios que será coordinado por la Fuerza Armada Nacional Bolivariana en puertos, silos y otros espacios de procesamiento de materias primas.
Dicho Plan forma parte de la Gran Misión Abastecimiento Soberano, con la que el gobierno pretende sanear las cadenas de distribución de productos y normalizar el abastecimiento.
Firmeza, una victoria
Para el analista social venezolano, Erick Rodríguez, una gran virtud del gobierno bolivariano, en medio de la crisis, radica en haberse mantenido firme "y comprometido con el proyecto de país" que propuso Hugo Chávez, al ganar la presidencia en 1999.
Al referirse a la declaración del vicepresidente, observa que "más que resistir", la ganancia ha estado en no variar las posiciones, convencidos de que están en el camino correcto.
"El adversario apostó (con la guerra económica) a debilitar, a desmontar el proyecto (de la revolución). Creyeron que presionándolo, Maduro cambiaría la orientación de la política económica que, en Venezuela, está dirigida fundamentalmente a lo social, es una acción de gobierno que fortalece la seguridad, para caminar hacia la soberanía", asegura Rodríguez.
Los planes ofensivos anunciados recientemente en Venezuela, considera el analista, deben "fortalecerse. Esa estrategia y otras más. Si algo ha conseguido el gobierno, (en estos largos meses de crisis) es haber garantizado el abastecimiento. Ha sido una victoria, pero hemos venido perdiendo frente al reparto. Eso es lo que se traduce en las distorsiones en la distribución final de los alimentos".
Esa debilidad del Ejecutivo se refleja en las interminables filas a las puertas de los mercados para adquirir los alimentos. "Estar en una fila genera un estado poco placentero y eso afecta el estado de ánimo. Las personas tienden a sentirse en soledad, sienten que el gobierno no los acompaña".
Para Erick Rodríguez existe un dato que no puede perderse de vista y es que en Venezuela, "el 86% del control de la producción está en manos privadas", la mayor parte de ese porcentaje son transnacionales causantes de la "tenaza" contra el gobierno.
Trasnacionales atacan
En otras palabras, la guerra económica de la que se habla en Venezuela es de las "empresas transnacionales contra el modelo económico de la revolución bolivariana", explica el analista.
Y enumerando puntualiza: "Cargill no es una empresa venezolana, Unilevel, tampoco. Lo mismo Jhonsson and Jhonsson o Procter and Gamble, Firestone, Montelec o Goodyear. Ni siquiera empresa Polar ya que fue radicada en una provincia canadiense", agrega.
Cohesión
Por su parte, el analista político Alberto Aranguibel, cree que el llamado a la contraofensiva, va dirigido al pueblo, es una convocatoria a enfrentar todos los aspectos de la guerra económica.
"Hay que responder de manera entusiasta y cohesionada. Es una estrategia de articulación cívico militar para sobreponerse a las penurias que causa esta guerra y poder superarla en el menor tiempo posible", dice.
En Venezuela ocurre un reacomodo, un reajuste. El gran capital ha enfrentado al gobierno en su empeño tratar de ofrecer mayor bienestar al pueblo. Eso coca con los intereses del capital que siente que pierde espacios y privilegios", opina Aranguibel.
Ernesto J. Navarro