El tiroteo en Múnich ocurre a pocos días del ataque de un afgano armado con un hacha en un tren, también en Baviera, Alemania. Los países vecinos, Francia y Bélgica, también han sido últimamente blanco de sangrientos atentados terroristas. La triste actualidad europea demuestra que la región se ha convertido en objetivo terrorista.
En el 2015 Europa sufrió una serie de ataques de envergadura, más que en las últimas décadas.
El peor atentado de ellos ocurrió en Francia en noviembre del año pasado, considerado la segunda mayor masacre en Europa, superada solo por el 11-M en Madrid. Una serie de actos terroristas se cobró la vida de 130 personas y más de 350 resultaron heridas. Fue en la sala de conciertos Bataclan, donde los terroristas detonaron varias granadas y se produjo la mayor parte de las muertes. Otro ataque tenía como objetivo el estadio de fútbol de Saint Dennis, donde se disputaba un partido amistoso entre las selecciones de Francia y Alemania. El Estado Islámico reivindicó estos atentados, que fueron calificados por el presidente galo, François Hollande, como "un acto de guerra".
A principios del año, el 7 de enero, dos hombres armados irrumpieron en la redacción del semanario satírico francés 'Charlie Hebdo', conocido por sus caricaturas del profeta Mahoma. Los atacantes, franceses de origen árabe, mataron a 12 personas -la mayoría de ellos periodistas- durante una reunión editorial.
El 2016 tampoco trajo seguridad a los europeos.
Una doble explosión se produjo en el aeropuerto de Bruselas la mañana del 22 de marzo. Aproximadamente una hora más tarde, se registraron varias explosiones en el metro de la capital belga. El saldo total de la sangrienta jornada fue de 32 víctimas mortales y 340 heridos.
El pasado jueves, 14 de julio Francia volvió a estar en la mira. La fiesta nacional del país se convirtió en una pesadilla para los congregados en el Paseo de los Ingleses de Niza. Un camión se abrió paso atropellando a 84 personas y dejando al menos 120 heridos. Las autoridades francesas han presentado cargos a cinco sospechosos de presunta colaboración con el autor del sangriento atentado, Mohamed Lahouaiej Bouhlel.
El pasado lunes, un joven afgano de 17 años, armado con un hacha y un cuchillo realizó un atentado en un tren regional, que circulaba entre las ciudades de Wurzburg y Ochsenburg. Cinco personas resultaron heridas en el ataque. La Policía logró abatir al atacante antes de que dejara más víctimas. Posteriormente las fuerzas del orden encontraron evidencias de su complicidad ideológica con el Estado Islámico, que se atribuyó la responsabilidad del episodio a través de sus canales mediáticos.