China ha estado trabajando durante varios años en el campo de la extracción de gas de esquisto pese a que el proceso se ve dificultado por la complicada geología del país, informa el portal de noticias Vesti Finance.
La agencia Xinhua señaló a finales de 2015 que su capacidad de producción de 5.000 millones de metros cúbicos anuales convierten a China en uno de los mayores productores de gas de esquisto del mundo, solo después de Estados Unidos. Y esto sin tener en cuenta que sus 26 billones de metros cúbicos de reservas de gas de esquisto son las mayores del mundo.
¿Por qué China podría apostar por el gas de esquisto?
Según Vesti Finance, China tiene varias razones para querer desarrollar tecnologías de extracción de gas de esquisto, cuya producción total actualmente constituye menos del 1% de la producción de gas natural de China.
En primer lugar, las principales compañías chinas de petróleo y gas están pasando por tiempos difíciles debido al creciente número de campos al borde del agotamiento en el país.
Además China es cada vez más consciente del medio ambiente y del peligro de las emisiones. Por lo tanto, el gas, una fuente de energía cada vez más limpia gracias a las nuevas técnicas de extracción, se ve como una buena alternativa al carbón, la fuente de energía más utilizada en el país asiático y que genera una gran contaminación.
En tercer lugar, sus propias reservas de gas de esquisto servirían para que el país reduzca su dependencia energética, ya que China es el mayor consumidor de energía del mundo y su demanda no disminuye.
¿Y por qué renunciaría China al gas de esquisto?
Por otra parte, el portal afirma que muchos analistas han expresado sus dudas sobre el hecho de que China decida desarrollar la producción de gas de esquisto, ya que el gigante asiático ve cómo la burbuja del 'fracking' en EE.UU. ha llevado a muchas empresas norteamericanas a la quiebra.
En este sentido llama la atención que China esté trabajando para ampliar las capacidades de recepción de gas natural licuado y siga participando en los proyectos de desarrollo de gasoductos de Asia Central y el gasoducto Sila Sibiri ('Poder de Siberia'). Según Vesti Finance, todo esto apuntaría a que China tendría la intención de aumentar las importaciones de gas para el año 2030 desde los actuales 53.000-60.000 millones de metros cúbicos anuales de gas hasta 190.000-270.000 millones de metros cúbicos.
La situación actual: gas de esquisto sí, pero menos
Los datos conferidos al portal por el director adjunto del Instituto Nacional de Energía ruso, Alexandr Frolov, indican que China tuvo que revisar a la baja sus planes iniciales de producción de gas de esquisto después de no poder cumplir con los planes de producir 50.000 millones de metros cúbicos de gas en 2015 (el país logró una capacidad de producción anual de 5.000 millones de metros cúbicos).
En este sentido, los expertos albergan serias dudas sobre las expectativas de que China desarrolle la extracción de gas de esquisto de una manera tan dinámica como EE.UU., concluye el portal.