La NASA ha lanzado este viernes la sonda OSIRIS-REx con el objetivo de analizar la superficie y recoger muestras del asteroide Bennu, que amenaza con acercarse demasiado a la Tierra dentro de más de un siglo. Los científicos estiman que el material podría contener claves sobre el origen de la vida.
La OSIRIS-REx -acrónimo de varios de los instrumentos que lleva la nave- partió desde Cabo Cañaveral, en el Estado de Florida y tardará dos años en llegar a su objetivo, un asteroide de 500 metros de diámetro que llegará a pasar a unos 300.000 kilómetros de la órbita de la Tierra, informa el portal NBC News. Sin embargo, aclaran los especialistas, su misión no será destruir a la inmensa roca, pese a que, si llegase a golpear al planeta, algo poco probable, generaría un gran destrucción. Su única misión, de hecho, será la de investigar el asteroide.
"Vamos a aprender mucho sobre el Sistema Solar", asegura Jeffrey Grossman, uno de los científicos que participan en el programa.
"Los asteroides más primitivos son ricos en carbón y que no cambiaron significativamente desde su formación, hace unos 4.000 millones de años", explica la NASA. "Estos asteroides contienen moléculas orgánicas, volátiles y aminoácidos que pueden haber sido los precursores de la vida en el planeta", agrega.
Por esa razón, cuando se encuentre a unos cinco kilómetros de Bennu, la sonda mapeará durante seis meses su superficie y luego recolectará polvo y pequeñas rocas sueltas que almacenará en una cápsula, antes de emprender, en marzo de 2021, el viaje de regreso la Tierra, previsto para el 24 de septiembre de 2023, según el sitio de CNN. "Somos como una aspiradora espacial", explicó uno de los principales investigadores de la misión, Dante Lauretta.
El asteroide se desplaza a más de 100.000 kilómetros por hora y se acerca a la Tierra cada seis años. Se espera que en 2135 pase por la órbita de la Luna, lo que podría cambiar su dirección, aumentando el riesgo de que impacte contra nuestro planeta entre 2175 y 2199.