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El país donde un trayecto en autobús puede ser un boleto a la muerte
Al menos 112 asesinatos se han producido en Guatemala en lo que va de año. Las unidades de transporte son el escenario de homicidios, robos y agresiones sexuales. El problema no es nuevo pero cada día cobra más víctimas.
En marzo de este año, un artefacto explosivo detonó en un autobús en Guatemala: hubo dos muertos y quince heridos. Sin embargo, la violencia cotidiana deja aún más víctimas.
Según los datos de la Procuraduría de los Derechos Humanos, citados por El Mundo, en lo que va de año se han registrado 112 asesinatos dentro de las unidades de transporte público. El total de víctimas, desde 2010, es de 2.149: 574 usuarios, 566 pilotos y 237 ayudantes de los choferes.
Guatemala, de acuerdo al ranking del Centro de Investigación de Crimen Organizado (InSight Crime), ocupó en 2015 el puesto número cinco entre los países con las tasas más altas de violencia, al registrar 30 homicidios por cada 100.000 habitantes, refiere El Periódico.
Las causas más frecuentes de los asesinatos en las unidades de transporte público son enfrentamientos entre pandillas. Las mafias violentas también mantienen su estado de terror mediante el cobro de "vacunas" entre los choferes de las líneas y se estima que perciben unos 22,5 millones de euros anuales por esa actividad delictiva.
En Ciudad de Guatemala son frecuentes los cortes de tráfico como medida de protesta en contra de la inseguridad personal. Hace apenas un mes, una asociación de transportistas obstruyó el tráfico para manifestar por el asesinato de un chofer en colonia Bethania, al oeste de la capital, reseñó Guatevisión.
¿Desestabilización?
Luego del atentado con explosivos en marzo de este año, el presidente de Guatemala, Jimmy Morales, aseguró que el crimen organizado pretendía "desestabilizar" el país porque las autoridades habían "tocado puntos sensibles" a los grupos al margen de la ley.
No obstante, hechos similares son de vieja data. Ya en 2014, bajo el mandato del depuesto Otto Pérez Molina, los medios alertaban sobre los actos delictivos que se cometían en las unidades de transporte público.
Además de la extorsión a los choferes, entre los delitos más frecuentes que presencian los usuarios del transporte público están los robos, hurtos y agresiones sexuales contra la mujer: "existen hombres depravados que se sientan a tu lado para tocarte o masturbarse cerca de ti", relató hace dos años una pasajera al diario La Hora de Guatemala.
El país centroamericano funciona como ruta para el envío de drogas hacia EE.UU., hecho que funciona como catalizador de la violencia.
Corrupción
Pero más allá de los desafíos del país centroamericano para combatir el narcotráfico y las mafias delincuenciales que generan violencia, un factor transversaliza la situación: la corrupción.
Un informe de la Procuraduría de ese país, hecho en agosto de este año, revela que existen indicios de corrupción en el Sistema Integrado Guatemalteco de Autobuses. Las denuncias en contra de la institución llevaron a la Fiscalía a emprender investigaciones para determinar el posible desvío de 33 millones de dólares que recibieron del Estado para la compra de autobuses.
Los recursos entregados por el gobierno pretendían destinarse a la adquisición de 3.150 unidades de transporte para mejorar su funcionamiento, pero se presume que no se hizo la compra en su totalidad: "Hoy en Guatemala tenemos uno de los peores servicios de Latinoamérica", destaca una nota de la Procuraduría.
La mayoría de las flotas que circulan en Guatemala son unidades desvencijadas, que no sólo prestan un servicio deficiente, sino que funcionan como escenario predilecto para el crimen.
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