Los defectos que mantienen anclado al portaviones más caro de la historia

El Ejército de Estados Unidos anunció en 2014 que contaría desde el mes de febrero del 2016 con el portaviones nuclear más caro y grande de todos los tiempos, el USS Gerald R. Ford. Pero, como informa Defense News, el buque ―cuya construcción se estima en 13.000 millones de dólares― todavía está firmemente amarrado en el puerto de Newport News Shipbuilding, en el estado de Virginia.

Según informó un representante del Pentágono cuyo nombre no trascendió, un grave problema en el regulador de voltaje en cuatro de los principales generadores de las turbinas del portaviones ha impedido que los ingenieros pusieran en marcha los motores a plena capacidad. Según él, en junio de este año se produjo una explosión eléctrica en el segundo generador de la turbina principal del buque. Aunque funcionarios militares estadounidenses insisten en que no hubo fuego, el incidente fue lo suficientemente fuerte para arrojar restos en la turbina. Una detonación similar ocurrió en la primera turbina el mes siguiente.

En declaraciones del representante del Pentágono a Defense News, el Departamento de Defensa de EE.UU. estima, que la reparación de los reguladores de voltaje defectuosos costarán al menos 37 millones de dólares. Este es el último ejemplo de una serie de incidentes que han contribuido al retraso en la entrega del USS R. Ford. En ese sentido, la capacidad de la pista de despegue-aterrizaje del barco, el movimiento de las municiones y las capacidades de defensa aparecen entre los problemas que se plantearon para el portaviones.