"Barack Obama, que se dirigió a la Casa Blanca con esperanza y gloria hace ocho años y ganó el premio de Nobel de la Paz deja tras de sí un legado lleno de escombros y sin haber negociado un solo acuerdo de paz". Lo constata el escritor y periodista estadounidense Robert Bridge en un artículo para RT tras analizar el discurso del todavía presidente de EE.UU. este martes en la 71.ª Asamblea General de la ONU.
"En lugar de utilizar su último discurso ante la Asamblea General de la ONU para devolver amablemente su premio Nobel manchado de sangre", Obama dedicó la mayor parte de su intervención a agredir a Rusia.
"Vemos cómo Rusia trata de recuperar su gloria perdida a través de la fuerza", había dicho el líder estadounidense ante la Asamblea. Más adelante afirmó que si Moscú continúa interfiriendo en los asuntos de sus países vecinos ello puede desatar un "fervor nacionalista" en ellos.
Para el analista estadounidense, las palabras de Obama son un "camuflaje retórico" y una "cortina de humo" para "distorsionar la realidad" y ocultar que el verdadero agresor en el escenario global es EE.UU. "Las acusaciones de Obama contra Rusia no son más que una cortina de humo para ocultar las verdaderas injusticias –incluso atrocidades– cometidas por EE.UU. y su monstruo militar global, que ha perdido todo el sentido de la realidad, como a menudo ocurre cuando los países se enfrentan con exceso de poder", afirma el experto.
Además, Bridge llama a Washington "imperio" que crece como una enredadera y "viola de manera flagrante el derecho internacional con operaciones militares sin tener la invitación intervención de las víctimas". "¿Y dicen que están defendiendo la democracia?", se pregunta el analista. Comparado con EE.UU., el Imperio romano "parece un club de lectura mediterráneo".
Gastos imperiales
Tras comparar Rusia y EE.UU., Bridge recuerda que el segundo gasta once veces más en materia militar que el primero citando un informe del Departamento de Defensa estadounidense. De acuerdo con este organismo gubernamental, el presupuesto para el gasto militar en 2016 se estima de 585 millones de dólares, una cantidad que representa el 54% del presupuesto total del país.
Asimismo, el periodista recuerda un estudio recién publicado por el Instituto Watson en que se constata que desde 2011 hasta 2016 EE.UU. ha gastado más de 3.600 millones de dólares en las guerras de Irak, Afganistán, Pakistán y Siria y en el conjunto de la seguridad nacional. Por ello, Bridge deduce que Washington gasta en defensa más que los otros cinco países con mayores gastos militar juntos, con China y Rusia, entre ellos.
Aunque EE.UU. tiene cerca de 800 bases militares en todo el mundo, según el periodista, su expansión militar no sirve para hacer el mundo "más seguro". Como ejemplo basta citar el centro de Guantánamo. El periodista recuerda cómo el profesor asociado de la Universidad Americana David Vine, defensor de la contribución de las instalaciones militares de Washington para la paz mundial, admite que "la idea de que haya bases extranjeras en el suelo estadounidense es impensable".
El periodista recuerda que pese a que Washington tacha a Rusia de "agresora", nunca ha invadido el territorio de otro país a menos que fuera atacada primero o invitada, como es en caso de Siria. "Cualquier nación extranjera que se atreve a tratar de proteger sus intereses vitales se considera un enemigo en estos momentos", lamenta Bridge.