"Punto de inflamabilidad" en Asia: Las heridas de guerra que pueden provocar otro conflicto

China aún recuerda las atrocidades que Japón cometió en su territorio durante el siglo XX, mientras que Tokio teme que Pekín controle el mar de la China Meridional.

Steve Mollman, corresponsal del portal Quartz en Asia, explica las razones de la tensión creciente entre Japón y China y pronostica el desarrollo de los acontecimientos.

Este autor recuerda que este agosto, inquieto por la situación entre ambos países, el Ministerio de Defensa de Japón solicitó un "presupuesto récord" de alrededor de 51 millones de dólares para el año fiscal 2017.

Razones para preocuparse

Según Mollman, Japón "tiene razones para preocuparse" ya que, tanto en el mar de la China Oriental como en el de la China Meridional, su vecino es "cada vez más fuerte" y, para convertirse en la potencia marítima sin restricciones que desea ser, está reforzando sus capacidades navales, unos movimientos que "amenazan con perturbar la economía" nipona y "erosionar su sensación de seguridad".

En el caso del mar de la China Meridional, se trata de la vía "más barata y directa" para la mayor parte de los suministros de energía del golfo Pérsico, además de para las materias primas de otros lugares cuyo destino es el nordeste de Asia, señala el analista. Por este motivo, un país con pocos recursos naturales como Japón "tiene un claro interés en mantener abierta esa ruta marítima".

Mientras tanto, si Pekín obtiene un mayor control sobre esa "vía acuática vital", la economía nipona sería vulnerable ante posibles interrupciones de suministros, tanto en tiempo de paz como si se produce algún conflicto en el futuro, una contingencia que "no hay que descartar, recuerda Mollman.

Recuerdos dolorosos

El periodista apunta que el problema es que China todavía "se resiente de las atrocidades" que Japón cometió durante los conflictos bélicos que les enfrentaron en el siglo XX y cree que Tokio "aún no ha expresado suficiente arrepentimiento por sus pecados".  

Por ejemplo, esta semana se ha inaugurado en el noreste de China una exposición dedicada a la eliminación de las armas químicas que Japón abandonó en su territorio.

De acuerdo con el Centro de Investigación Pew, el 81 % de los chinos tienen una opinión desfavorable sobre Japón, mientras que al 86 % de los japoneses les sucede lo mismo con los chinos. Mollman subraya que "no es de extrañar" que Japón no se fíe de China y no quiera que controle un canal de comunicación tan importante como el mar de la China Meridional.  

"El punto de inflamación más peligroso"

Una manera que tendría Japon de impedir que sucediera sería respaldar o, incluso, unirse a las llamadas patrullas de la "libertad de navegación" de Estados Unidos tiene en la región, pero China ya ha indicado que las operaciones de ese tipo son "peligrosas e irresponsables" y podrían provocar "un desastre", recuerda Mollman.

La semana pasada, el ministro de Defensa japonés, Tomomi Inada, expresó que su país está de acuerdo con las operaciones estadounidenses, aunque no aclaró si Japón se uniría de alguna manera.

En este contexto, el autor del artículo subraya que, este verano, China advirtió a Japón que no "cruzara la línea roja" uniéndose a las patrullas de EE.UU. y dio a entender que, con ese paso, Tokio podría provocar un conflicto militar. "Dada la historia de la Segunda Guerra Mundial y el sentimiento nacionalista de China, podría ser algo más que un farol", asevera el periodista.

Sin embargo, los comentarios de Inada muestran que Japón podría sopesar esa opción, por lo que "el punto de inflamación más peligroso" en el mar de la China Meridional "podría llegar a ser un buque de guerra japonés, en vez de un islote o un banco en disputa".

La tensión entre ambos países aumenta aún más por las disputas en el mar de la China Oriental que, a diferencia del mar de la China Meridional, si incluye aguas territoriales japonesas.

¿Cambiará Japón su constitución?

Con todo, el autor calcula que, incluso con una cifra récord de 50.000 millones de dólares, el presupuesto de defensa de Japón será "eclipsado" por los de EE.UU. y China. Además, el Artículo 9 de la Constitución nipona incluye una renuncia explícita a la guerra.

Aunque la mayoría de ciudadanos está en contra de revisar esta cláusula, desde hace mucho tiempo ese cambio es un objetivo del primer ministro de Japón, Shinzo Abe, y la abrumadora victoria de su Partido Liberal Democrático en las elecciones de julio —en las que obtuvo más de dos tercios de los escaños en el Parlamento— podría "ayudarle a cambiar la Carta Magna" y volver a hacer de su país "una potencia militar", pronostica Steve Mollman, quien concluye que, independientemente de si tiene éxito o no, parece que "la tensión marítima entre China y Japón va a aumentar aún más".