El cohete Falcon 9, de la empresa estadounidense SpaceX, explotó el 1 de septiembre junto con su carga útil en la plataforma de lanzamiento de Cabo Cañaveral (Florida, Estados Unidos). Se esperaba que el cohete fuera lanzado al espacio el 3 de septiembre en una misión para poner en órbita un satélite de 200 millones de dólares. El 23 de septiembre, tres semanas después de la explosión, la empresa SpaceX publicó en su página oficial el reporte sobre los resultados preliminares de la investigación del incidente. De la misma participan expertos de la propia SpaceX, como también de la Administración Federal de Aviación, la NASA y la Fuerza Aérea de EE.UU.
Según indica el reporte, las grabaciones del incidente y los datos de ingeniería, así como los fragmentos encontrados en el lugar de la explosión, una gran brecha tuvo lugar en el sistema de helio criogénico del segundo tanque de oxígeno líquido, lo que causó la llamarada y la posterior explosión.
Cabe mencionar que, además de la completa destrucción del cohete y el satélite que cargaba, la plataforma de lanzamiento de la NASA también ha sufrido graves daños y ha quedado fuera de servicio por un período. Por ese motivo, la empresa SpaceX se vio obligada a cambiar el lugar de lanzamiento de sus próximas misiones al Centro Espacial Kennedy y la base militar de Vadenberg, en California.