"Son como un pulpo que se ha introducido silenciosamente": Milán, capital europea de las maras
La ciudad de Milán, en el norte de Italia, se ha convertido en cuna de bandas salvadoreñas y en la capital europea de las maras. En esa ciudad se han reproducido las mismas pandillas que existen en El Salvador: la Barrio 18 y la Mara Salvatrucha, informa el diario español 'El Mundo'.
"Las maras son como un pulpo que se ha introducido de forma silenciosa y nadie sabe cuántos de esos desgraciados hay ahora entre nosotros", lamenta Deidamia Calderón, cofundadora de la Comunidad Monseñor Romero de Milán, y una de las muchas salvadoreñas que llegó a Italia en los años 1970.
En una de las prisiones milanesas hay en la actualidad 15 jóvenes latinoamericanos encarcelados, todos por delitos de homicidio, intento de homicidio o violencia agravada. Es decir, por excederse en peleas, normalmente entre propias bandas latinoamericanas. Todos los casos responden al mismo patrón.
"Son jóvenes que llegaron a Italia a los 13 o 14 años a través de un proceso de reagrupación familiar (…) La mayoría no quería venir y se encontró con una realidad hostil: una madre a la que solo conocen de hablar con ella por Skype, una lengua y cultura extrañas, y un clima frío", explica la educadora social Anna Viola, quien trabaja en la cárcel en la reintegración de estos chicos.
Además afirma que estos jóvenes suelen proceder de barrios marginados de El Salvador y van a parar a la periferia de Milán, donde las escuelas no están preparadas para acogerlos. "Sus madres tampoco saben cómo lidiar con unos adolescente que llegan cargados de rabia" huyendo de la violencia del país centroamericano, agregó la educadora. La bomba de relojería está servida, el resultado: las maras.
"Son muchachos que no encuentran un lugar en la sociedad y buscan identificarse con alguien. La banda se convierte en su familia", añade por su parte el psicólogo Gianluigi Pino.
Como en El Salvador, los jóvenes latinoamericanos en Milán también deben superar un rito de iniciación, o sea una prueba, para poder formar parte de la mara. En el país centroamericano el examen puede ser algo tan brutal como asesinar a una persona, mientras que en la ciudad italiana, deben someterse a 13 minutos de patadas y puñetazos en el caso de la Mara Salvatrucha -conocida como MS o MS-13-, y a 18 en la Barrio 18, según comenta Pino.
Entre tanto, el investigador social Massimo Conte, que ha trabajado en la reintegración social de estos jóvenes, asegura que "consumen más droga que la que venden", "se emborrachan", "extorsionan a algunos compatriotas", y a menudo "protagonizan agresiones". Aunque aclara que las peleas suelen ser entre bandas latinoamericanas. En consecuencia, los pandilleros en Italia nada tienen que ver con las maras en El Salvador, que están vinculadas con el crimen organizado, el tráfico de armas, la venta de drogas, la extorsión y controlan buena parte de la sociedad y el territorio. Aun así, la Mara Salvatrucha y la Barrio 18 en Milán están en contacto con las bandas homónimas en el país centroamericano, advierten los expertos.