'Bestias' asesinas: Filipinas crea destacamentos secretos de policías para matar a narcos
Más de 3.600 personas han perdido la vida en Filipinas desde que el presidente Rodrigo Duterte asumiera el poder el 1 de julio de este año e iniciara su guerra contra los narcos y el crimen. Las matanzas han suscitado una amplia preocupación internacional (desde la ONU hasta Human Rights Watch pasando por Amnistía Internacional).
En una exclusiva entrevista concedida al diario británico 'The Guardian', un oficial de la Policía filipina ha revelado el funcionamiento interno de una campaña secreta, aprobada, según él, por el Gobierno de Filipinas, para limpiar las calles de los ciudadanos no deseados.
El oficial, cuya pertenencia activa al cuerpo de la Fuerza Nacial 'The Guardian' ha verificado de manera independiente, ha afirmado que forma parte de uno de los diez equipos recién formados y altamente secretos de operaciones especiales de la Policía, cada uno con 16 miembros. El policía ha indicado que los equipos están coordinados para ejecutar a distintos tipos de objetivos: consumidores de drogas sospechosos y distribuidores entre otros criminales. En los últimos tres meses, decenas de personas han sido "neutralizadas" solo por él y su equipo de "operaciones especiales". "Ellos nos han creado. El término es 'que han sacado la bestia de la jaula' para neutralizar a esos criminales", subraya en la entrevista el oficial.
El 'modus operandi' de los asesinos
Según ha explicado el agente, las muertes tienen lugar sobre todo por la noche y los ejecutores van encapuchados y vestidos de negro. Se dan a sí mismos uno o dos minutos para sacar a los objetivos de sus casas y matarlos rápidamente y con precisión. Posteriormente, se deshacen de los cuerpos en el municipio más cercano o lanzándolos desde un puente con un cartel de cartón adherido en el que se muestran las palabras 'capo' o 'narco'.
"Ponemos los carteles a fin de que los medios de comunicación y los órganos de investigación redirijan su investigación", explica el policía. El agente afirma que hoy es más fácil salir airoso después de cometer un asesinato. "Se mata, se pone una cinta adhesiva en el cuerpo y todo el mundo pensará que el tipo es un traficante de drogas", explica.
El oficial ha especificado que fue enviado por primera vez al equipo de operaciones especiales poco después del nombramiento de Duterte. Con todo, aunque 'The Guardian' ha podido verificar el rango del policía entrevistado y su historial de servicio, no hay confirmación oficial de las alegaciones sobre la complicidad de las autoridades del país y la Policía en las matanzas.