Durante millones de años, las edades de hielo en la Tierra se han ido sucediendo cada 40.000 años. Sin embargo, a partir de un momento en la historia de nuestro planeta -que se conoce como la Transición del Pleistoceno Medio- esa frecuencia disminuyó, y desde hace aproximadamente un millon de años las edades de hielo ocurren cada 100.000 años. Ni meteorólogos ni geólogos han podido averiguar por qué, así que este fenómeno ha pasado a ser conocido en la comunidad científica como "el problema de los 100.000 años".
Sin embargo, un nuevo estudio, publicado en la revista Geology, podría haber encontrado la respuesta, o al menos haber dado con una hipótesis plausible al fin. Un equipo de la Universidad de Cardiff, liderado por la profesora Carrie Lear, ha descubierto que la manera en que los océanos absorben y almacenan el dióxido de carbono podría estar directamente relacionado con esta ralentización del ritmo de glaciaciones.
El trabajo de los científicos, basado en el análisis de la composición química de fósiles del suelo marino, reveló que cada 100.000 años se producía un notable aumento de las cantidades de CO2 almacenadas en los mares. Ello sugiere todo que ese dióxido de carbono es extraído de la atmósfera, lo cual explicaría un descenso de las temperaturas y la consiguiente aparición del hielo.
¿Respiran los océanos?
"Podemos pensar que los océanos inhalan y exhalan dióxido de carbono; por lo que cuando las capas de hielo son más grandes, es porque los océanos han inhalado dióxido de carbono de la atmósfera, y cuando son placas más pequeñas y la temperatura global aumenta, es porque los océanos han exhalado- comenta la profesora Lear, en utilizando una bella y acertada metáfora. Al analizar los fósiles de criaturas diminutas en el fondo del océano, hemos demostrado que cuando las capas de hielo estaban avanzando y retrocediendo cada 100.000 años, los océanos estaban inhalando más dióxido de carbono en los periodos fríos, lo que sugiere que hubo menos cantidad en la atmósfera".
Actualmente nuestro planeta se encuentra en una preocupante situación con respecto a su temperatura y a los niveles de CO2 en la atmósfera. Ni siquiera la asombrosa y purificadora "respiración" de los oceanos es suficiente para resolver el problema. Precisamente este miércoles informábamos en esta misma web sobre la presentación del Boletin Anual sobre los gases de efecto invernadero, en la que se alertó de la gravedad de la situación climática actual. Uno de los grandes problemas, precisamente, era la saturación de estos mecanismos de absorción del CO2, que empezaban a ser insuficientes frente a la altísima concentración del gas. La última edad de hielo terminó hace unos 11.000 años. A día de hoy, con la creciente distorsión artificial que está produciendo el exceso de CO2 en la atmósfera, no hay manera de predecir como seguirá desarrollándose el ciclo climático de la Tierra. De momento, estamos provocando que nuestros océanos empiecen a respirar con cierta dificultad.