A pocos días de las elecciones presidenciales en EE.UU., un nuevo jarro de agua fría salpica a la candidata demócrata, Hillary Clinton, después de que el Departamento de Estado desclasificara este jueves información de la correspondencia electrónica de los miembros de dicho organismo durante su etapa como secretaria de Estado.
Las reglas del 'juego'
Además de la filtración de los correos electrónicos del jefe de campaña de Clinton, John Podesta, y del reciente caso revelado sobre el disco duro hurtado del Archivo Nacional con dos terabytes de correos de Hillary Clinton, otros correos electrónicos sacan a flote una discusión entre la exsecretaria de Estado y miembros de su equipo para hacer que el Departamento de Estado presione a favor de perseguir a Julian Assange tras la filtración de documentos diplomáticos del Departamento de Estado a través de WikiLeaks en 2010.
"Más que una 'jugada inteligente' por parte de WikiLeaks, lo vemos como un 'acto criminal' contra los Estados Unidos de América. Quizás él [Julian Assange] piense hoy que es una jugada inteligente, pero cuando se vea procesado y condenado pasará de ser un astuto ladrón cibernético a ser un criminal convicto" y "comprenderá que este juego es muy diferente", señala la asesora política estadounidense, Huma Abedin, en un correo enviado a Hillary Clinton el 2 de diciembre de 2010, cuatro días después de producirse las filtraciones, en el que asesora a la entonces jefa de la diplomacia estadounidense sobre la mejor forma de responder al incidente.
El incidente McGovern
Por otro lado, un correo desclasificado de 2011 saca a la luz el debate entre la ex secretaria de Estado y el periodista Sidney Blumenthal, que escribió a Clinton en relación al incidente del arresto del activista político y exoficial de la CIA, Ray McGovern, tras realizar una protesta silenciosa mientras ella daba un discurso en febrero de 2011 en Washington (EE.UU.).
Blumenthal advirtió a Clinton que el bloguero Larry Johnson, también exoficial de la CIA, escribió en Internet que McGovern fue acosado y golpeado durante su arresto, hecho que "levantó mucho revuelo entre la gente de izquierdas en la Red". Por estos motivos, el periodista estadounidense recomendó a Hillary Clinton que hiciera algo al respecto y mandara a alguien a disculparse con Ray McGovern. En respuesta al correo, Hillary esgrimió que se cumplió correctamente el protocolo de seguridad para estos casos. No obstante, Clinton prometió que vería "que más" podía hacerse en este caso.