La 'amenaza' inminente a la democracia estadounidense no es ni el Estado Islámico ni el terrorismo en general ni el racismo ni tampoco los problemas de carácter migratorio o los numerosos aspectos de la política de Estados Unidos, sino la imagen de la lejana Rusia, que en vísperas de las elecciones presidenciales del país se 'aproximó' a EE.UU., hasta el punto de 'apoderarse' de la agenda preelectoral norteamericana.
Según datos de WikiLeaks, Rusia se convirtió en el tema número uno durante los debates presidenciales y de la batalla entre Hillary Clinton y Donald Trump, dejando atrás los demás asuntos y problemas agudos discutidos por los políticos. El Estado Islámico cedió paso al Kremlin y a Vladímir Putin, situándose en el segundo lugar, mientras que el tema de los impuestos ocupó el tercer lugar en el 'pedestal' de la discusión.
Los temas de la posesión de armas de fuego, inmigración, racismo, entre otras cuestiones de la política, tanto interior como exterior de Washington, quedaron en la sombra en comparación con lo mucho que se habló sobre Rusia. Incluso durante el tercer debate, en vez de responder a una pregunta que más directa no podría haber sido ―"¿Es este su sueño, fronteras abiertas?"―, la candidata demócrata prefirió desviar la atención hacia Moscú.
Red baiting opponents 2016 style: "Russia" and "Putin" were mentioned more times during the US presidential debates than any other subject. pic.twitter.com/HcTLUjGmYz— WikiLeaks (@wikileaks) 22 октября 2016 г.
Primero comenzó a contestar a la pregunta hablando sobre energía, y posteriormente, la candidata terminó con una referencia a WikiLeaks. "Usted está citando claramente desde WikiLeaks. Y lo realmente importante acerca de WikiLeaks es que el Gobierno ruso se ha involucrado en el espionaje contra los estadounidenses", sentenció Clinton, quien acusó al Kremlin del 'hackeo' de sitios web estadounidenses y de cuentas privadas de distintas personas e instituciones del país, información que, según la candidata, posteriormente fue enviada a WikiLeaks para que lo difundiera en Internet.
Rusia y las filtraciones del Comité Nacional Demócrata
En julio pasado, WikiLeaks publicó documentos de los dirigentes del Comité Nacional Demócrata de EE.UU. que evidenciaron prácticas con las que se maniobraba en el partido para evitar que Bernie Sanders alcanzara la candidatura presidencial. Los funcionarios del partido, en contra de las reglas, no estaban siendo neutrales y se pronunciaron a favor de Clinton en las primarias presidenciales, en detrimento de Sanders. La publicación obligó a renunciar a la presidenta del comité, Debbie Wasserman Schultz.
Tras la filtración, el director de campaña de Clinton, Robby Mook, culpó al Gobierno ruso. "Expertos señalan que actores estatales de Rusia 'hackearon' al Comité Nacional Demócrata, robaron estos correos electrónicos y, según otros especialistas, ahora los rusos están haciendo públicos estos 'e-mails' con el fin de ayudar a Donald Trump", declaró Mook en una entrevista con CNN.
En medio del escándalo, Trump expresó la esperanza de que los 'hackers' rusos encontraran los correos de los tiempos en que Clinton era secretaria de Estado y que fueron borrados. "Rusia, si me estás escuchando, espero que seas capaz de encontrar los 30.000 correos que faltan", exclamó el candidato republicano ante periodistas durante una rueda de prensa, citado por CNBC.
La supuesta intervención de Rusia en las elecciones de EE.UU.
A principios de octubre, el Departamento de Seguridad Nacional de EE.UU. y la Oficina de Inteligencia Nacional aseguraron que el 'hackeo' y la publicación de los documentos "en sitios web como DCLeaks.com y WikiLeaks", así como las actividades en línea de una persona conocida como Guccifer 2.0, "coinciden con los métodos y motivaciones" que tienen "los intentos dirigidos por Rusia". El objetivo de los ciberataques no les dejó dudas: Rusia quería "interferir en el proceso electoral del país".
Pese a que la inteligencia estadounidense indicó en el comunicado que no estaba "en condiciones de atribuir esa actividad al Gobierno de Rusia", señaló que "la mayoría de los intentos" de acceder a los sistemas electorales en varios estados "se produjeron desde servidores operados por una compañía rusa". El director de Inteligencia de EE.UU. (DNI), James Clapper, aseguró que "solo los más altos funcionarios de Rusia podrían haber autorizado esas actividades".
'Conspiración' Podesta: La "colusión" de RT con WikiLeaks
Cuando WikiLeaks publicó numerosos correos electrónicos de John Podesta ―responsable de la campaña electoral de Clinton― y RT cubrió el tema, miembros de la campaña de la candidata demócrata culparon otra vez a Rusia. La directora de comunicaciones de Clinton, Jennifer Palmieri, acusó a RT de una "colusión" con WikiLeaks a la hora de filtrar los correos de Podesta.
El argumento se basaba en el tiempo de publicación de las noticias. Según Palmieri, RT se adelantaba a WikiLeaks y publicaba noticias sobre los correos filtrados antes de que fueran publicados por la propia organización.
El antiguo primer ministro y canciller de Suecia, Carl Bildt, también acusó a RT de planear una conspiración junto a WikiLeaks. No obstante, WikiLeaks especificó que el momento en que tuitea sus filtraciones no tiene por qué coincidir con el de la publicación en su sitio web y se preguntó si "resulta tan difícil darse cuenta" de ello.
El 'romance' entre Trump y Putin
El candidato republicano Donald Trump ha repetido en numerosas ocasiones que podría llevarse bien con Vladímir Putin, aunque ha subrayado también que no conoce al presidente de Rusia y no sabe qué pasará en el futuro. Sus declaraciones, en las que se mostró a favor de mejorar las relaciones con Rusia y criticó a la Administración de Obama por no negociar con Putin, generaron acusaciones en su contra debido a sus presuntos vínculos con el Kremlin.
Las supuestas conexiones de Trump con las autoridades rusas dieron inicio a una amplia investigación del FBI que, por su parte, no encontró vínculos definitivos entre el candidato republicano y el Gobierno ruso.
El argumento de que Trump es el favorito de Moscú en las elecciones estadounidenses fue tachado por el presidente ruso de "un disparate total y un delirio". "A nosotros nos da igual quién será el presidente de EE.UU., pero no podemos dejar de dar la bienvenida a la declaración [de Trump] de intentar reconstruir las relaciones con Rusia", aclaró Putin, quien hizo hincapié en que Moscú trabajará con cualquier inquilino de la Casa Blanca, "sea quien sea".