Durante su etapa como secretaria de Estado, la actual candidata demócrata a la presidencia de EE.UU., Hillary Clinton, pidió "regularmente" a su criada que imprimiera documentos y correos electrónicos gubernamentales que contenían información clasificada, informa el canal Fox News, que la investigación del FBI sobre los correos de la política.
El FBI indica que la sirvienta de Clinton, Marina Santos, imprimía desde su casa en Washington documentos confidenciales que no estaba autorizada para ver. En particular, la candidata demócrata recibió en formato electrónico documentos muy sensibles en términos de seguridad nacional por parte de ayudantes de altos cargos del Departamento de Estado que luego envió a Santos para que los imprimiera, según el informe.
Entre los documentos imprimidos por Santos se encuentran borradores de discursos de la ex secretaria del Estado, notas confidenciales y materiales preparados de antemano para las conversaciones telefónicas de Clinton con jefes de Estado extranjeros.
"Por favor, pida a Marina que imprima lo antes mencionado", reza un correo electrónico de la aspirante demócrata enviado a su asistenta, Huma Abedin, en referencia a un documento de 2011, que no estaba marcado como confidencial, sino como información oficial de acceso limitado.
Según señala el canal estadounidense, Clinton no solo confiaba quehaceres del hogar a la inmigrante filipina Santos, sino también secretos de Estado, lo que ha suscitado aún más críticas contra la aspirante a la Casa Blanca a dos días de las elecciones presidenciales en EE.UU.
Revelaciones comprometedoras
En vísperas de las elecciones se han dado a conocer más detalles polémicos sobre la gestión de Clinton al frente de la diplomacia nacional. En ese sentido, el fundador de WikiLeaks, Julian Assange, asegura en una entrevista exclusiva realizada esta semana por el periodista australiano John Pilger que la aspirante demócrata fue "la figura clave en la destrucción del Estado de Libia" durante su etapa como secretaria de Estado. Asimismo, Assange señala que el movimiento terroristas del Estado Islámico y la Fundación Clinton reciben financiación de "los Gobiernos de Arabia Saudita y Catar".
Entre las revelaciones de WikiLeaks figuran datos que evidencian que los consejeros de Clinton –incluido el jefe de su campaña electoral, John Podesta– hicieron todo lo posible por mantener en secreto los correos electrónicos comprometedores y utilizaron la figura del llamado 'privilegio ejecutivo' para negar la entrega de los mensajes intercambiados con el presidente Barack Obama por un período de entre 5 y 12 años desde el momento en el que el actual mandatario deje la Casa Blanca.