China y Alemania: fin a la 'luna de miel'
Las relaciones germano-chinas atraviesan un mal momento. Así lo ha evidenciado la reciente gira al gigante asiático del ministro alemán de Economía, Signar Gabriel, que estuvo marcada por los desencuentros y la frialdad, desgrana en un análisis de Klaus Larres en la revista 'The Diplomat'. La 'luna de miel' puede haber pasado a la historia.
Poco antes de la llegada a Pekín del miembro del Ejecutivo alemán –acompañado por un séquito de 60 funcionarios y empresarios– dos influyentes representantes de la Administración china, incluido un asesor del presidente Xi Jinping, cancelaron sus encuentros con Gabriel.
Además, el embajador adjunto de la Embajada alemana en Pekín fue convocado en la Cancillería del gigante asiático para recibir una queja sobre el manejo de la oferta china de adquisición de la compañía alemana Aixtron, especializada en el mercado de los semiconductores, y por las inforamciones negativas aparecidas en la prensa alemana.
Cortesía y franqueza
El primer día de su visita, Gabriel se reunió con el ministro de Comercio chino Gao Hucheng. "No hubo ceremonias", confesó el representante gubernamental a los periodistas. Tras el encuentro, el representante gubernamental chino decidió no acudir a otra cita de una comisión industrial bilateral, donde ambos ministros tenían previsto realizar declaraciones. A Gabriel no le quedó otra que seguir el ejemplo de su homólogo.
Por su parte, la viceministra Gao Yan, que sustituyó a Gao Hucheng en la reunión de la citada comisión, lamentó el creciente proteccionismo alemán y la hostilidad hacia las inversiones de ese país. El subsiguiente encuentro con el primer ministro Li Keqiang se llevó a cabo conforme a lo previsto, "un claro indicio de que Pekín no iba a agravar el conflicto con Berlín", asevera Larres en el texto.
El primer ministro Li prometió resolver la controversia sobre el 'dumping' de los productos de acero chinos en los mercados occidentales y expresó la expectativa de que la UE pronto otorgara el "estatus de economía de mercado" en la Organización Mundial del Comercio, que tanto espera recibir después de 15 años de pertenencia a la entidad. Sin embargo, Li solamente reiteró las declaraciones del pasado. La reunión de Gabriel con el ministro de Industria Miao Wei se caracterizó por la misma mezcla de cortesía y franqueza.
A este respecto, en vísperas de la visita el político alemán advirtió que Pekín podría no alcanzar su "estatus de economía de mercado" en la OMC por su política comercial en Europa. El ministro afirmó en una columna en el diario 'Die Welt' que la UE debería revisar sus políticas hacia Pekín, a la que acusa de "juego sucio". Gabriel aseguró que China obstruye las inversiones directas de los socios europeos en sus empresas y aplica "requisitos discriminatorios" a las adquisiciones extranjeras. Mientras que el Gobierno alemán, por ejemplo, solo puede bloquear las adquisiciones con riesgos potenciales para la seguridad energética, la defensa o la estabilidad financiera.
Los inversores comerciales chinos se han asegurado 47 ofertas por un total de 11.300 millones de dólares en Alemania, según datos de Thomson Reuters. En comparación, en 2015 fueron firmado 29 acuerdos por un total de 289 millones de dólares.