"Mi corazón quiere explotar": develan los crímenes de los drones estadounidenses
Entrevistando y construyendo perfiles tanto de las víctimas como de los operadores de drones de las Fuerzas Armadas estadounidenses, el documental 'National Bird' busca develar los horrores de este programa militar.
En julio de este año, Washington reconoció que desde que llegó a la presidencia Barack Obama 116 civiles han sido asesinados mediante ataques de aviones no tripulados. Pero este dato solo incluye a países en los que formalmente EE.UU. no interviene, como Somalia, Yemen o Pakistán, y excluye a otros donde la presencia militar estadounidense es mucho mayor y en el marco de un conflicto bélico como Afganistán, Siria e Irak.
"Queríamos hacer una película sobre la guerra de los drones y las personas directamente afectadas: las que operan el programa y las afectadas en los países donde se llevan a cabo los ataques", relató a 'The Intercept' Sonia Kennebeck, productora y directora de 'National Bird'. "Tomamos muchos riesgos para hacer esta película, porque sentimos que existe una necesidad real de transparencia sobre estos programas", añadió.
Víctimas y victimarios
El programa de aviones no tripulados está mal porque no sé a cuánta gente he matado
La película aborda una faceta interesante al entrevistar a exmiembros del programa estadounidense que se arrepintieron de lo que hicieron. Lisa, una sargento que operaba los aviones no tripulados desde territorio estadounidense, cuenta que recibió una condecoración por ayudar a identificar a más de 121.000 "objetivos insurgentes" durante un período de dos años, como parte de las operaciones militares en Irak y Afganistán. "Eso son 121.000 vidas afectadas por la tecnología que controlamos. ¿Cuántos años hemos estado en guerra?", se preguntó.
Por su parte Heather, otra operadora, señaló: "Puedo decir que el programa de aviones no tripulados está mal porque no sé a cuánta gente he matado".
Pero 'National Bird' no solo se queda con la mirada estadounidense, sino que también viajó a Afganistán para hablar con los sobrevivientes de estos ataques. "Cuando tu cuerpo está intacto, tu mente es diferente. Estás contento", dijo un hombre que fue herido en un ataque en Uruzgan. "Pero en el momento en que te hieren tu alma se daña. Cuando te arrancan una pierna y se ralentiza tu marcha, también cargas tu espíritu. A veces estoy tan triste, mi corazón quiere explotar", añadió antes de romper en llanto.
Miedo y persecución
Otro de los aspectos que develó 'National Bird' es la represión interna en EE.UU. contra quienes revelan estos crímenes. Durante la filmación, un operador de drones llamado Daniel, exagente de la NSA en Fort Meade, sufrió un allanamiento de domicilio por parte del FBI y fue informado de que está siendo investigado por hablar sobre el programa.
Y es que la Administración Obama ha tenido una política activa de persecución hacia quienes denuncian este tipo de situaciones. 'The Intercept' denuncia que "más personas han sido procesadas bajo la Ley de Espionaje por Obama que en todas las Administraciones anteriores combinadas". Por su parte Kennebeck señala: "Hicimos esta película en parte para resaltar las repercusiones en futuros Gobiernos que tienen estos poderes, pero no creo que mucha gente se dé cuenta de lo mal que ya están las cosas bajo Obama".
Una de las preguntas que queda planteada es qué hará el nuevo Gobierno de Donald Trump con todas las herramientas legadas por la actual Administración que le permiten llevar a cabo guerras y asesinatos secretos en todo el mundo. Algo similar a lo que sucede con la enorme estructura que el Gobierno demócrata dejó montada para llevar a cabo la masiva deportación de inmigrantes ilegales que prometió el magnate.