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La sanguinaria secta que asesinaba a quienes no se creían que Japón ganó la II Guerra Mundial

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El racismo, el aislamiento informativo y la impunidad fueron terreno fértil para el surgimiento en Brasil de este grupo terrorista japonés que reprimió a sus compatriotas.
La sanguinaria secta que asesinaba a quienes no se creían que Japón ganó la II Guerra Mundial

"Japón ganó la guerra". Este fue el mantra del grupo terrorista japonés Shindo Renmei, que operó en Brasil asesinando a aquellos compatriotas que aseguraban que su país había perdido la II Guerra Mundial. Este es también el título de un nuevo libro de investigación del periodista e historiador Jesús Hernández, el único trabajo serio en español que se ha publicado sobre el tema hasta la fecha. Para su investigación, el autor se ha basado en documentos oficiales y también en varias entrevistas a miembros de este grupo que aún viven.

Los primeros colonos nipones

Todo empezó a comienzos del siglo XX, cuando centenares de colonos nipones partieron rumbo a Brasil, país que reclamaba brazos para recolectar, transportar y distribuir café.  

Sin embargo, tras dos meses de viaje a bordo del buque Kasato Maru hasta su nueva 'tierra prometida' no fueron recibidos con brazos abiertos sino con un muro de odio y racismo.

Muro de odio

Como explica Hernández en su libro, los problemas fueron causados por el fuerte choque cultural para ambas comunidades, que se apartaron al máximo una de la otra, recoge el diario 'ABC'.  

"Los nipones fueron creando comunidades cerradas con el fin de autoprotegerse. No solían relacionarse con los brasileños o con otros inmigrantes e incluso eran pocos los que aprendían portugués", relata Hernández. En consecuencia, se generalizó el odio hacia estos inmigrantes que llevó también a los primeros proyectos de ley 'antijaponeses'.

Aislamiento informativo

En concreto, apareció en Brasil una serie de grupos racistas que, en los años 20 y 30, presionaron al Gobierno para que prohibiera la publicación de diarios en idiomas extranjeros y, pasados unos meses, incluso prohibió a los japoneses hablar en su lengua natal.

La situación empeoró aún más con el comienzo de la Segunda Guerra Mundial, de manera que en 1942 la colonia nipona fue obligada a entregar todos los aparatos de radio que tenían en sus viviendas o lugares de trabajo. Fue este aislamiento informativo el que aprovecharían los miembros de Shindo Renmei (cuyo significado en japonés es 'Liga del camino de los súbditos') para promover su gran mentira sobre la victoria de Japón en la guerra.

La derrota que no todos creyeron

El 2 de septiembre de 1945 Japón se rindió. La ceremonia fue retransmitida en todo el mundo, Brasil incluido, pero el aislamiento informativo ya mencionado hizo que muchos miembros de la comunidad nipona no creyeran que su país hubiera capitulado. Además, aparecieron rumores y noticias falsas que apuntaban a que no fue una ceremonia de rendición oficial sino una transmisión falsa organizada por EE.UU. para desmoralizar a los japoneses.

 

En consecuencia, como explica Hernández en su libro, la comunidad japonesa en Brasil se dividió en dos bandos: los 'makegumi' (o 'derrotistas'), que aceptaban que Japón había perdido la guerra, y los 'kachigumi' (o 'creyentes en la victoria'), que se consideraban 'patriotas' y aseguraban que su país había ganado o bien que la guerra continuaba, a pesar de los intentos del Gobierno brasileño y de los primeros de explicar la verdad.

Shindo Renmei: de amenazas a asesinatos

En este contexto fue ganando fuerza el grupo terrorista Shindo Renmei, que había llegado a São Paulo en 1942 encabezado por el coronel Junji Kikawa con el objetivo de sabotear a quienes enviaban ayuda a los aliados.

Al acabar la guerra, la banda se dedicó a una nueva misión: "Acosar y amenazar a los miembros de la comunidad nipona que admitían que Japón había sido derrotado", señala Hernández.

Empezaron atacando a los 'derrotistas' con pequeños actos de vandalismo, como pegar en sus casas carteles llamándoles "traidores", pero ante la falta de acción por parte de las autoridades brasileñas, las amenazas se volvían cada vez más frecuentes. Finalmente, estas dieron lugar al primer asesinato.

El 7 de marzo de 1946, tras decenas de notas amenazadoras, los integrantes de Shindo Renmei asesinaron a Ikura Mizobe, un administrador de cooperativas que distribuyó entre sus trabajadores una circular explicando que Japón se había rendido.

Tras aquel primer asesinato, la secta acabó con la vida de unos veinte 'derrotistas' en un año e hirió casi a 150. Además, creció hasta contar con centenares de miembros.

Brutal represión

Finalmente, las autoridades brasileñas se vieron obligadas a actuar. El autor del libro denuncia que recurrieron a métodos brutales y crueles torturas, tanto físicas como psicológicas, como por ejemplo obligar a los detenidos a pisar la imagen del emperador Hirohito y escupir sobre la bandera japonesa.

En 1946, capturaron a Kikawa, pero a pesar de su detención y la de otros líderes del grupo terrorista, la banda continuó actuando como células independientes hasta el 6 de enero de 1947, cuando perpetró el último crimen.  

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