En el centro de detención de Guantánamo aún permanecen 60 detenidos, y desde que Barack Obama asumió la Presidencia de EE.UU. más de 180 reos han sido trasladados. No obstante, la polémica sobre este lugar y en torno al futuro de los reos restantes continúa, pues muchos aseguran que no son pocos los que se han sumado a la actividad terrorista tras su liberación.
¿Atrapados sin salida?
El controvertido centro no solo ha sido noticia por los abusos contra presos que se denunciaron al poco tiempo de su apertura en 2002, luego el atentado contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001, sino también por la privación de cualquier tipo de derecho, incluido el acceso a un juicio, al que han sido sometidos los detenidos a lo largo de los años, la gran mayoría de los cuales siguen retenidos sin cargos.
En 2011, Barack Obama instauró los Comités de Revisión Periódica, un mecanismo que abría la puerta al traslado de los reos a otros países aunque las salidas del presidio se rigen bajo normas variables, de manera que no está claro el tiempo que puede pasar desde que un preso recibe la autorización para dejar Guantánamo hasta que realmente lo abandona.
"Generalmente, son trasladados en un máximo de dos semanas desde que reciben la notificación", señaló el comandante del centro de detención, el coronel Stephen Gabavic.
Al respecto, el abogado Matthew O'Hara, quien ha representado a tres exreos de Guantánamo, asegura que la teoría difiere mucho de la realidad. Su último cliente recibió luz verde para abandonar el centro de detención en mayo de 2009, pero no fue trasladado a Serbia hasta el pasado mes de julio después de pasar 14 años retenido.
Reos libres, ¿una amenaza en potencia?
Por otra parte, Gabavic afirma que todos los internos son "aptos para una constante revisión de su caso y para ser transferidos", con lo cual dejan de ser considerados "una amenaza potencial" para el país. No obstante, esta situación ha provocado opiniones encontradas luego de que Paul Lewis, encargado de supervisar los asuntos relacionados con Guantánamo en el Pentágono, declarara el pasado mes de marzo que más de 12 exreos liberados durante la Administración del expresidente George W. Bush fueron responsables de la muerte de una media docena de estadounidenses en el extranjero.
En agosto de este año, la desaparición durante casi tres semanas del exprisionero Yihad Diyab hizo saltar las alarmas en Washington y en varios países latinoamericanos. Diyab fue puesto en libertad sin cargos en Uruguay tras pasar 12 años en el centro de detención y, aunque siempre negó vínculos terroristas, tras su liberación afirmó a una revista uruguaya que simpatizaba con Al Qaeda a raíz de su experiencia en Guantánamo.
Según el último informe que la inteligencia estadounidense difunde bianualmente, durante la Administración Obama un 5% de los reos de Guantánamo han reincidido en la actividad terrorista tras ser liberados y se sospecha de otro 8%. Mientras tanto, durante la Presidencia de Bush las cifras apuntaban a un 21% de reincidentes frente a un 14% de sospechosos. Dichas estadísticas han provocado que desde el Congreso los republicanos cuestionen la seguridad nacional y tengan bloqueada las intenciones demócratas de cerrar las controvertidas instalaciones. Temen, de hecho, que el mismo Guantánamo se haya acabado convirtiendo para algunos en su vía para la radicalización.