El portavoz del Ministerio ruso de Defensa, el general Ígor Konashénkov, aseguró este sábado que la operación rusa llevada a cabo en Alepo por el Centro Ruso para la Reconciliación ha tenido un carácter "único", debido a que logró "separar a la oposición moderada de los radicales", una tarea que Washington hace tiempo que tachó de "imposible", informa RIA Novosti.
El general afirmó que esta operación, que permitió salvar la vida de casi 10.000 sirios, "abrió una nueva ventana de posibilidades para introducir el régimen del cese de las hostilidades", no solo en la provincia de Alepo, sino en otras regiones de Siria.
Asimsimo, Konashénkov declaró que fue posible llevar a la práctica la separación de los milicianos radicales y la así llamada "oposición moderada" "gracias a "los esfuerzos de los oficiales rusos". "Es decir, lograron hacer lo que nuestros socios norteamericanos consideraban imposible durante un año entero", resumió el militar.
El general añadió que la operación del Centro ruso demostró que el factor clave para seguir avanzando en el arreglo de Alepo es "el deseo de llegar a un acuerdo con todas partes del conflicto directamente 'sobre el terreno', menos con las agrupaciones terroristas".
"Cuánto antes lo entiendan en París, Londres y Washington, antes llegará la paz"
Todos los intentos de sustituir este duro trabajo de negociaciones en el terreno con la oposición armada por conferencias y comisiones de negociaciones de alto nivel en las capitales de los países occidentales y por "algunos observadores" a quienes envían a Alepo, son "inútiles y conducen a una vía muerta", declaró Konashénkov.
"Y cuánto antes lo entiendan en París, Londres y Washington", que, subraya el general, ni siquiera son aún capaces de enviar ayuda humanitaria a Siria, "antes llegará la paz" a este país.
Durante las últimas jornadas de la operación de liberación de Alepo Oriental, más de 7.000 civiles han regresado a sus casas y 3.406 rebeldes de la oposición moderada han depuesto las armas. Asimismo, 3.056 milicianos ya han sido amnistiados y puestos en libertad. Todos los civiles y la mayoría de los insurgentes han abandonado los barrios que controlaban los sublevados.