Los 'flujos y reflujos' que experimenta la economía del corazón de Sudamérica
Si Paraguay es el "corazón de América del Sur" —como a veces lo llaman— entonces, sus dos grandes ríos "son sus arterias", sostiene un nuevo artículo de la revista 'The Economist'.
Según explica la publicación británica, además de la abundante energía hidroeléctrica que proporcionan, el Paraná y el Paraguay son "el alma" de esta pequeña economía abierta, que, en ausencia de una red de ferrocarriles o de buenas carreteras, "se paralizaría sin sus vías fluviales".
Suena difícil de creer, pero este pequeño país sin litoral cuenta con la tercera flota más grande del mundo de barcazas propulsadas por remolcadores, tan solo por detrás de EE.UU. y China.
El crecimiento del negocio
En Puerto Fénix —privado, como la mayoría de los puertos paraguayos— el negocio creció en un 75% en los últimos ocho años, según ha revelado a 'The Economist' el gerente de operaciones Pablino Gómez.
A su vez, Fernando González, de la empresa naviera Naviship, recuerda que hace veinte años solo 15 convoyes de 20 a 30 barcazas cada uno recorrían la ruta desde Brasil a través de Paraguay hasta el mar en Uruguay y Argentina.
En comparación, hoy en día, 200 remolcadores empujan alrededor de 2.200 barcazas, cargadas en su mayoría con granos de soja y otros cultivos. Muchas son propiedad de firmas extranjeras, incluyendo algunas de Argentina, domiciliadas fiscalmente en Paraguay para aprovechar sus bajos impuestos.
La otra cara de la moneda
Por otro lado, los bajos impuestos también significan menos recursos para los servicios públicos.
Además, desde que la economía brasileña empezó a hundirse en 2014, el comercio de mercancías "aguas arriba" se hundió también, si bien las exportaciones agrícolas "río abajo" se han mantenido.
Sin embargo, los convoyes tienen que navegar con la carga completa en ambos sentidos para obtener beneficios, con lo cual, algunos están luchando por mantenerse a flote, constata el artículo de 'The Economist'.