Unos 100.000 agentes de seguridad, entre ellos 52.600 policías, 36.000 gendarmes y 7.000 militares de la misión Sentinelle, patrullarán las calles, instituciones sensibles y centros estratégicos de toda Francia en la última noche del año. El Gobierno planea instalar algunos "elementos pasivos", tales como vehículos y bloques de hormigón, en los lugares "particularmente concurridos", según lo ha anunciado Bruno Le Roux, ministro del Interior de Francia, informan medios de información locales.
Asimismo, helicópteros sobrevolarán las grandes aglomeraciones que se prevén en la noche de fin de año, para tener una visión general y detectar situaciones anormales. A su vez, unas 10.300 personas, entre ellos policías, gendarmes, militares, bomberos y personal municipal, serán movilizados para garantizar la seguridad en París. Eso incluye también a agentes de civil que, vestidos de paisano, se ocuparán de la vigilancia de comportamientos sospechosos en zonas muy concurridas, como los Campos Elíseos.
Las autoridades esperan que cerca de 600.000 personas se congreguen en la avenida de los Campos Elíseos de París y en sus alrededores para contemplar los fuegos artificiales.
Le Roux ha admitido que la amenaza terrorista en Francia "sigue siendo fuerte" y recordó el atentado de Berlín del 19 de diciembre. Aquel día un camión embistió el mercado navideño de Breitscheidplatz en la capital alemana, dejando 12 muertos y medio centenar de heridos. El ministro de Interior de Francia no quiso hacer comentarios sobre el paso por Francia del presunto autor de este ataque en Berlín antes de llegar a Italia, donde fue abatido por la policía de Milán.